Osasuna le reclutó para su cantera en el año 2000 del colegio iruindarra de San Agustín. Es en la Copa Coca Cola infantil de 2003 cuando sus goles le hacen destacar. Es entonces cuando Lezama llama a su puerta por primera vez, pero prefiere seguir en casa. En 2005 hace una gran temporada, no se siente valorado en Iruñea y de la mano de Koldo Asua, con 15 años, recala en la factoría del Athletic junto a su compañero Javi Eraso. Aquello supuso la ruptura de relaciones de Osasuna con el Athletic. De aquel cadete de Liga Vasca dirigido por Edorta Murua -de quien guarda buen recuerdo- salta al año siguiente dos categorías hasta el juvenil de División de Honor cuyas riendas cogía Julen Guerrero y donde coincide con Ander Iturraspe. Era la nueva perla de Lezama. De ahí, con 17 años, al Bilbao Athletic, donde después de dos campañas -«necesitaba salir de Lezama», dijo- su prometedora trayectoria se trunca y parte con destino al Zaragoza B, este curso ha ascendido con el Lugo y ahora está a punto de cumplir su sueño de debutar con el Athletic en San Mamés. Campeón de Europa y subcampeón del Mundo sub´17, con el título de entrenador nacional y dirección de clubes en el bolsillo, muy buen amigo de Iñigo Pérez e Iker Muniain, fan de Marea, lleva al Athletic en su corazón y da gracias de su paso por Lezama, para lo bueno y lo malo.