GARA > Idatzia > Kultura

Mikel INSAUSTI I Crítico cinematográfico

¿Volverá Bob Marley a los escenarios?

 

La noche de los muertos vivientes en el mundo de la música es un fenómeno que cada vez parece cobrar más cuerpo, teniendo como punto de inflexión el concierto en que el malogrado Tupac Shakur reapareció junto a Snoop Dogg, en un duelo de raperos poco menos que de ultratumba. Los asistentes no podían dar crédito a lo que veían, pero, una vez recuperados del susto, acabaron por decidir que se trataba de un holograma.

Después se ha sabido que no era un holograma, sino otro truco escénico patentado por la empresa de efectos especiales Digital Domain, propiedad del titánico James Cameron. Los Queen no han tardado en sumarse al invento para resucitar a su cantante Freddie Mercury, a la par que los herederos de Jimi Hendrix, Elvis Presley o Michael Jackson han corrido a interesarse por la posibilidad de sacar beneficio de una técnica que les permite nuevas formas de explotación de la imagen de sus difuntos.

Tampoco es una invención propiamente dicha, ya que la compañía de Cameron se ha limitado a actualizar un recurso teatral de la época victoriana, consistente en proyectar sobre un cristal una imagen reflejada por un espejo situado fuera del escenario. El pesado vidrio ha sido sustituido por una finísima pantalla, casi invisible al ojo humano, con una inclinación de 45 grados.

Como sirve igualmente para los artistas vivos, se ha incorporado a la llamada telepresencia, mediante la cual una misma actuación se puede ver en varios lugares distantes al mismo tiempo, aumentando el rendimiento de la estrella clonada o virtual de turno.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo