Barcina dice al Parlamento que solo logrará echarla con una moción de censura
Bildu, NaBai e Izquierda-Ezkerra agotaron ayer las vías que les quedaban para expulsar a Barcina del Gobierno, ya que el PSN sigue sin atreverse a acudir a unas elecciones. La mayoría parlamentaria exigió a la presidenta que se someta a una cuestión de confianza. Barcina aseguró que son «juegos florales» y anunció que seguirá hasta que no presenten una moción de censura, que debe ir acompañada de un candidato a presidente o de la convocatoria de elecciones.
Aritz INTXUSTA |
Los grupos de la oposición agotaron ayer las vías para pedir a la presidenta navarra, Yolanda Barcina, que abandone el Gobierno. Solicitaron a través del Parlamento que se someta a una cuestión de confianza para sondear cuánto apoyo real le queda. Sin embargo, UPN desoyó el mandato de la mayoría parlamentaria. Les exige que, si quieren derrocarle del Gobierno, presenten la única arma que resta: una moción de censura. El portavoz de UPN, Carlos García Adanero, les lanzó ese reto consciente de que, para sacar adelante una moción de censura, hace falta un nuevo presidente. Y la oposición no lo tiene.
La oposición (con 27 parlamentarios de 50) está bloqueada por la posición del PSN. Bildu, Izquierda-Ezkerra y Aralar han dicho abiertamente que quieren unas elecciones, porque la crisis actual no se soluciona con parches. Sin embargo, el PSN -por boca de Juan José Lizarbe- ha dejado igual de claro que no quiere ir a las urnas, porque cree que sería castigado por su electorado. Con esa baza en la mano, la presidenta se mostró muy confiada desde por la mañana. «Con la situación que tenemos en estos momentos no es cuestión de emplear el tiempo en juegos florales en este Parlamento», aseguró.
Pese a esta aparente seguridad, la estabilidad del Gobierno continúa en barrena. Ayer, le tumbaron varias iniciativas de peso -varias de ellas afectaban a Sanidad y Educación- antes de que todos los partidos del arco parlamentario, salvo el PP, explicaran por qué ven necesario que Barcina solicite un nuevo refrendo en la Cámara. El argumento de fondo fue el mismo en todos los casos: es una necesidad democrática y ha sido solicitada por la mayoría.
«No les queda más remedio que admitir están perdiendo, que su política ha fracasado», le espetó Bakartxo Ruiz, de Bildu. La coalición abertzale cree que es hora de adelantar las elecciones «por los 52.000 parados, por las familias que viven en la pobreza, por los que han perdido o van a perder su casa y por los trabajadores afectados por la reforma laboral». Ruiz acabó el discurso con «¡Barcina vete ya!».
Por NaBai habló Patxi Zabaleta, quien aseguró que Barcina tiene la «obligación democrática» de someterse a la cuestión de confianza porque ya no tiene «ni el programa ni el pacto ni los apoyos que la llevaron al poder». Zabaleta dijo que en «Nafarroa es lo que piensan la mayoría de los navarros» y le acusó de tener miedo de saberlo.
La posición del PSN y Jiménez
Roberto Jiménez, que hasta entonces había dejado a Juan José Lizarbe los temas de peso en el orden del día, adelantó que el voto del PSN en una cuestión de confianza sería negativo.
«Usted salió elegida con nuestros votos. Sin esta barca y estos remos nunca hubiera sido presidenta», le recordó. Jiménez también señaló que tienen partidas presupuestarias que siguen bloqueadas tras el decreto con el recorte que generó la ruptura del Gobierno y que no las habilitarán sin mayoría en el Parlamento.
El portavoz de Izquierda-Ezkerra, José Miguel Nuin, le trasladó que «su sistema político está agotado». Después avanzó que ellos se colocarán siempre en el grupo que combata la «crisis-estafa» en la que han sumido a la ciudadanía. Nuin afirmó que esta es una democracia parlamentaria y que aferrarse al poder desoyendo al Parlamento equivale a faltar a los principios de la ese sistema.
Así, aunque parezca que Barcina ha salido ilesa del asalto, el que la oposición haya agotado el cauce parlamentario y sea consciente de que sólo agrupándose pueden derrocarle eleva un grado la fragilidad del Gobierno. Basta que el PSN cambie de opinión sobre si quiere o no elecciones, para que Barcina caiga. La moción de censura es inmediata y, tras fracasar la cuestión de confianza, está un pasito más cerca. UPN aseguró que con la iniciativa de ayer, la oposición solo buscaba tiempo para ponerse de acuerdo.
El PSN está empezando a votar conjuntamente con Bildu, NaBai e I-E en temas importantes, como ayer, cuando decidió mantener la gratuidad de los libros de texto. También están truncando proyectos de la Alcaldía de Iruñea, como el traslado del centro Donapea.
Una moción de censura exige que se proponga un candidato alternativo. Se puede presentar y, una vez elegido el Gobierno, convocar elecciones. Sin embargo, dado que el PSN no está dispuesto, cabe la posibilidad de un Gobierno provisional que dure unos meses hasta que el PSN se recomponga.
Barcina comparece hoy para explicar los motivos de la ruptura del Gobierno y presenta a los nuevos consejeros. Se ha comprometido también a exponer la situación de las cuentas públicas.