Al menos 15 personas murieron y medio centenar resultaron heridas en una ola de atentados en varias ciudades de Irak.

En la más mortífera de las explosiones, al menos 8 personas murieron y 30 sufrieron heridas cuando una bomba colocada en un taxi estacionado explotó en la entrada de un mercado de Bagdad, en el distrito chií de Washash.

«Había cuerpos esparcidos por todas partes y vidrios y verduras cubriendo todo el lugar», dijo el oficial de la Policía Ahmed Nouri, que estaba patrullando la zona.

En Abu Dsheer, al sur de Bagdad, un agente murió en una explosión dirigida contra una patrulla policial. En Taji, a 20 kilómetros de la capital, un coche bomba contra un edificio oficial mató a cuatro, y, en Faluya, un kamikaze acabó con la vida de dos agentes.