Los socialistas serbios optan por los nacionalistas de derechas para gobernar
GARA |
El líder del Partido Socialista de Serbia, Ivica Dacic, recibió ayer del presidente, el nacionalista de derechas Tomislav Nikolic, el encargo de formar el nuevo Gobierno de coalición que incluirá , además de a las dos formaciones que lideran Dacic y Nikolic, al partido Regiones Unidas (URS). «Me han convencido de que tienen la mayoría parlamentaria», dijo Nikolic, líder del Partido Progresista Serbio (SNS), tras entregar el mandato al que previsiblemente será el primer ministro.
Fuentes diplomáticas señalaron que la Unión Europea, a la que Serbia aspira a unirse oficialmente desde el pasado marzo, confiaba en que el expresidente Boris Tadic, líder del Partido Demócrata (DS) y derrotado por Nikolic en las elecciones de mayo, se convirtiera en primer ministro de una coalición con los socialistas, con lo que marginarían al actual mandatario y mantendrían al país en la senda de las reformas.
Pero el Partido Socialista de Serbia, dirigido en su día por el expresidente Slobodan Milosevic (1997-2000), y de quien Dacic fue portavoz, ha rechazado las propuestas para reactivar una coalición con el DS tras siete semanas de negociaciones y ha preferido respaldar a Nikolic.
Enfrentamiento en Kosovo
Mientras en Belgrado se avanzaba hacia la formación del Gobierno, más de 50 personas resultaban heridas, una de ellas de gravedad, durante un enfrentamiento entre policías kosovares, acusados de utilizar fuego real, y un grupo de jóvenes serbios cuando iban a ser expulsados a su país por orden de las autoridades de Kosovo. El grupo de jóvenes se dirigía a Gazimestan, un centro histórico y religioso próximo a Pristina cuando la Policía decidió devolverlos por la fuerza a Serbia por considerar que eran «muy agresivos y estaban provocando a policías y ciudadanos».
Un cargo menos contra Karadzic
El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia absolvió ayer al exlíder de los serbios en Bosnia Radovan Karadzic de uno de los cargos de genocidio, por considerar que no hay suficientes evidencias que demuestren que las ejecuciones cometidas por los serbobosnios en municipios bosnios en 1992 tuvieran propósitos genocidas, pero mantiene los otros diez cargos de crímenes contra la Humanidad y genocidio que pesan contra él por su participación en la guerra de Bosnia (1992-1995).