El ministro del Interior israelí, Eli Yishai, dio ayer un ultimátum de dos días a los ciudadanos de Costa de Marfil que se encuentren residiendo ilegalmente en Israel para abandonar el país, y ofreció el pago de una cantidad para costear el viaje si se van en el citado plazo, aunque pasado ese tiempo, serán expulsados.

El domingo un tribunal israelí dio por buena la decisión del Gobierno israelí de expulsar del país a los marfileños, a pesar de que desde 2004 el país africano figura en la lista de la ONU de Estados en conflicto. Tel Aviv asegura que que tras la crisis política de finales de 2010 y principios de 2011, el país se ha estabilizado con el nuevo jefe de Estado, Alassane Ouattara. Alrededor de 2.000 marfileños viven ilegalmente en Israel.

«Quien se vaya antes (de dos semanas) recibirá dinero, quien no, será expulsado», señaló el ministro. Cada adulto que decida marcharse del país recibirá 500 dólares (400 euros) mientras que los niños recibirán 100 (80 euros). El ministro apeló a la necesidad de «restaurar la sensación de seguridad de los israelíes» para justificar la medida.

La Autoridad de Inmigración calcula que de los 60.000 inmigrantes que se encuentran en el país de forma ilegal, unos 50.000 son solicitantes de asilo procedentes de Sudán y Eritrea, a donde las autoridades israelíes no pueden devolver a sus habitantes por ser naciones en conflicto.

El estado más racista.

Los inmigrantes de Sudán del Sur comenzaron a regresar a su país hace unas semanas tras recibir 1.300 dólares (unos 1.045 euros) por adulto y 500 dólares por niño. «Israel puede reclamar el título de el estado más racista del mundo desarrollado», afirmaba esta misma semana el director de la Asociación de Derechos Civiles israelí, Sami Michael, que aseguró en una conferencia internacional de la Asociación de Estudios Israelíes que «la cultura israelí no está menos envenenada que las facciones islamistas fanáticas». Explicó que «desde la guardería a la madurez alimentamos a nuestros niños con el odio, la sospecha y la repugnancia hacia el extranjero y el otro, en especial hacia los árabes».