Ayer mismo, como había anunciado hace meses, el Gobierno español público en el Boletín Oficial del Estado la orden ministerial que revoca el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña, previsto inicialmente para el 6 de julio de 2013. Esta noticia, que abre las puertas totalmente a la prórroga de la planta burgalesa hasta 2019, fue bien recibida por Nuclenor, la propietaria, que ayer mismo pidió ayuda a las empresas de la zona para poder acometer las reformas exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

De este modo, la empresa propietaria de la central, en manos de Iberdrola y Endesa, espera ejecutar las reformas necesarias para así lograr un nuevo permiso de explotación, que mantendría operativa la amenazante planta, situada a pocos kilómetros de Euskal Herria, hasta el año 2019.

En declaraciones a la agencia Europa Press, el director de la central, José Ramón Torralbo, señaló que la decisión del Ejecutivo de Rajoy supone «el reconocimiento del trabajo exigente, riguroso y profesional realizado en los últimos cuatro años». Una afirmación que se contradice con las multiples denuncias efectuadas por las agrupaciones ecologistas durante estos años, y más aún tras la catástrofe en la planta gemela de Fukushima.

Nada más saberlo, Ecologistas en Acción y Greenpeace anunciaron su intención de recurrir la orden ministerial, ya que, a su entender, es «temerario» que una central así continúe abierta.

Por su parte, el grupo de Bildu en las Juntas Generales (JJGG) de Araba, consideró «inadmisible» la prórroga de la planta nuclear más antigua del Estado español. Según criticó el portavoz de la coalición, Gorka Ortiz de Guinea, el Gobierno de Mariano Rajoy «se pliega a los deseos de Iberdrola y Endesa».

En el lado contrario de la balanza se situó el PP, que celebró la continuidad de la planta. En opinión de la portavoz conservadora en materia de Medio Ambiente, María Teresa Lara, la decisión de prorrogar la vida útil de la planta resulta «inteligente» porque «no se puede desperdiciar energía».

Sin embargo, a día de hoy no se puede confirmar la continuidad de la central nuclear, ya que esta decisión dependerá de que Nuclenor solvente durante los próximos meses todos los problemas evidenciados por el CSN durante la realización de las pruebas de estrés.