Olmert, culpable de fraude y abuso de poder y absuelto de las causas más graves
GARA | JERUSALÉN
El ex primer ministro israelí Ehud Olmert fue declarado culpable ayer de un cargo de corrupción. Sin embargo fue absuelto de otros dos cargos que, en principio, eran más graves, según fuentes judiciales.
Se trata del primer procesamiento de un antiguo primer ministro en la historia de Israel. Olmert, de 66 años, podría ser condenado a tres años de prisión, pero de momento se desconoce la fecha de la lectura de la condena.
Ehud Olmert fue declarado culpable de fraude y abuso de autoridad por haber favorecido los intereses empresariales de un viejo amigo durante el periodo en que ejercía como ministro de Comercio e Industria, en el sumario conocido como «Centro de Inversión».
En cambio, fue absuelto de la acusación de haber recibido 150.000 dólares en sobornos del empresario estadounidense Morris Talansky y de haberse embolsado más de 92.000 dólares mediante un sistema de doble contabilidad para la financiación de viajes al extranjero con fines benéficos, casos conocidos como «Rishon Tours» y «Asunto Talansky». Olmert negó todos los cargos.
En el caso «Rishon Tours»,, junto a Olmert, la fiscalía acusaba también a su asistente personal y jefa de departamento, Shula Zaken, de haber presentado facturas duplicadas y triplicadas.
El ex primer ministro también está acusado -en otro caso- de haber recibido millones de dólares en sobornos, cuando era alcalde de Jerusalén -entre 1993 y 2003-, por la construcción de un complejo de viviendas de lujo, las Torres Holyland, en un colina de la ciudad. El acusado también ha negado estas acusaciones.
El diario israelí «Haaretz» afirmó en su edición digital que el veredicto supone una «aplastante derrota» para la acusación, mientras que Ynet, la edición digital del diario «Yedioth Aharonoyh», calificó la sentencia de «terremoto legal».
Morris Talansky había declarado ante el Tribunal que había entregado a Olmert sobres con cientos de miles de dólares en su interior. El ex primer ministro aseguró ante los jueces que ese dinero había sido utilizado en las campañas electorales y que nunca se había beneficiado personalmente por favorecer intereses empresariales privados. El Tribunal concluyó que los fiscales no han podido demostrar que estos pagos fueran ilegales.
Olmert dimitió como primer ministro en setiembre de 2008, después de que salieran a la luz estos casos, con el argumento de que quería limpiar su buen nombre. Se mantuvo en el cargo en funciones hasta marzo de 2009, cuando juró el actual jefe del Ejecutivo, Benjamin Netanyahu.