Iker Bizkarguenaga Periodista
El principal déficit no es el económico
El pasado martes Patxi López volvió a poner esa voz. La voz engolada que reserva para cuando tiene que leer discursos solemnes. Y digo leer, porque hoy casi todos los políticos leen, da igual si están en una rueda de prensa, en un acto público o en el Parlamento. Cuando empecé en este mundillo, recuerdo que Arnaldo Otegi y Joseba Egibar protagonizaban bonitos rifirrafes con apenas unos apuntes en la mano. Hoy, a uno de ellos lo tienen entre rejas y el otro ha pasado de ser el portavoz de un tripartito que aspiraba a conformar el carril central de la política vasca, a ejercer de líder de otro tripartito, el de la oposición en Gipuzkoa. Y el resto, lee.
Decía que el lehendakari puso la voz de las grandes ocasiones para protagonizar su enésimo acto de campaña. Porque mientras los días pares jura y perjura que no va a adelantar las elecciones, los días impares se dedica a dar mítines. El martes era día 17, impar, así que tocaba campaña. Y compareció en Lehendakaritza para cargar contra Mariano Rajoy y sus recortes, que aunque lleguen vestidos de azul, no son muy diferentes a los que hasta hace dos días imponían Zapatero y Rubalcaba. Pero como ahora en la Moncloa habita el PP y no el PSOE, y la entente con Basagoiti está en stand by de mutuo acuerdo, el portugalujo se soltó un discurso de esos que podría firmar cualquiera. Que hay que arrimar el hombro en defensa de los servicios públicos, por la reactivación económica y para implantar un nuevo sistema fiscal, ¿quién va a decir que no? Ya puestos, podía haber sido más audaz en su listado de lugares comunes. Total, como no van a ir a ningún lado...
Tiene razón cuando dice que la excusa del déficit no debe servir para desmantelar lo que tanto ha costado conquistar. Pero cada vez que pone esa voz ensayada, la mayoría de sus gobernados recuerda que aquí hay un déficit más importante que el que atenaza al Estado español: el déficit democrático que le mantiene a él en Ajuria Enea. Antes de que llegaran los recortes de Rajoy, a los vascos ya nos habían recortado nuestros derechos. Y las tijeras de López han sido muy grandes.