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Crónica | Protestas en Madrid

«Nos llevan a la pobreza y saldremos todos a la calle»

El número de protestas en Madrid se multiplica de forma proporcional a la intensidad de los hachazos que protagoniza el Gobierno español. Tras el incremento del IVA y la eliminación de una paga, decenas de funcionarios cortan diariamente la Castellana. Hoy están previstas marchas frente a un congreso blindado.

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Alberto PRADILLA

«Nos están llevando a la pobreza pero saldremos todos a la calle. Nos van a tener enfrente». María José Hernández trabaja en el ministerio español de Fomento. Tiene dos hijos y entre la subida de las tasas universitarias, la progresiva bajada de sueldo de los últimos años y el incremento de los diferentes impuestos, se plantea qué malabarismos hacer para seguir abonando las respectivas carreras. «Tendrán que trabajar... en unos empleos que no existen», señala, mientras exhibe un cartel con una tijera dentro del símbolo de prohibido, uno de los emblemas contra los recortes impulsados desde el Gobierno español. Son las 11.55 horas y, junto a decenas de trabajadores de los diferentes departamentos españoles, participa en un corte de carretera en el paseo de la Castellana, en la zona de Nuevos Ministerios. Allí se concentran los grandes edificios de la administración española. No es un lugar habituado a las protestas, pero este ya es el tercer corte de vía de la semana. Siempre en el mismo punto. A las 12 en punto, al grito de «manos arriba, esto es un atraco», irrumpen en los tres carriles en cada dirección. Alguna queja en contra, pero también pitidos de apoyo.

Durante los últimos días, el número de grupos de empleados que interrumpen el tráfico durante unos minutos para protestar por la política de hachazos del Ejecutivo de Mariano Rajoy se ha multiplicado. Al mismo tiempo en el que Hernández, junto a su compañera de oficina Encarnación García-Rayo, saltan a la calzada, llegan noticias de más movilizaciones. Un corte en la calle Alcalá. Otro grupo de trabajadores concentrados en Cibeles. «La gente estaba dormida, pero cada vez sale más a la calle. Y esto es solo el principio», asegura María José Torres, de 38 años y empleada de la Oficina Española de Patentes y Marcas.

El debate sobre su función

«Te van minando sicológicamente. Al final, llegará 2020 y cobraremos menos que a mediados de los 90», asegura Francisco González, de la misma oficina que Torres. Saben que los funcionarios han sido muy cuestionados. Y no evitan el debate. «Desde ciertos sectores nos han pintado como si fuéramos vagos, como si no hiciésemos nada. Pero se olvidan que, además de en oficinas, los funcionarios también somos médicos o profesores», defiende.

Pasan los minutos y allí no aparece nadie. Dos policías municipales vigilan el tráfico desde lejos y las cámaras de televisión filman la cabecera de la improvisada concentración. «Yo estoy totalmente de acuerdo con ellos. Estoy en paro, vengo de una entrevista de trabajo, tengo claro cómo nos han bajado los salarios... y lo que está por venir», indica María Isabel Martínez. A ella el corte le ha tocado en el coche. Pero no se queja.

Finalmente, tras media hora de bloqueo y con un tremendo embotellamiento por delante, se levanta la protesta. Hoy habrá más. El mismo día que el PP apruebe su último hachazo en el interior de un Congreso español blindado por decenas de agentes. «Tienen miedo porque gobiernan para los mercados, no para la gente», dice Julio Vas, mientras se retira, ya de vuelta al trabajo. En sus últimos pasos, una reflexión: «La fractura social es inevitable. Habrá ricos muy ricos y el resto... no tendrán para nada».

 

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