Haimar Zubeldia se colocó quinto en la clasificación general tras la etapa reina del Tour con final en Bagnères de Luchon, donde Thomas Voeckler se impuso por delante de Chris Anker Sorensen y Gorka Izagirre, los más fuertes de la escapada. En la batalla por la general Wiggins y Froome aguantaron los ataques de Nibali y confirmaron que, si no hay una sorpresa hoy, ocuparán por este orden el podio final.

Haimar Zubeldia fue capaz de aguantar al resto de favoritos en una etapa dura porque a los cuatro clásicos de los Pirineos -Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde- se unió una alta temperatura que pudo acusar Cadel Evans, que perdió 3,49 con el grupo del usurbildarra, Vandenbroeck, Roche, Valverde, Cobo y Van Garderen, que pasa a ser la amenaza para el quinto puesto porque el desfallecimiento de Evans le deja como líder del BMC y tiene una crono el sábado para recuperar los 42 segundos que le saca Haimar.

El resto de corredores que amenazaban su posición de privilegio, Brajkovic, Rolland y Pinot, cedieron ayer más tiempo. Por ello la jornada no pudo ser más positiva para un corredor que en la salida admitía que el caso de Frank Schleck había supuesto un duro golpe para él y para el resto del equipo.

Muy bien el Euskaltel

Haimar Zubeldia no fue el único ciclista que estuvo a la altura de su ejemplar afición, que volvió a llenar las carreteras del Tour de ikurriñas, camisetas naranjas y banderas que reclaman la vuelta a casa de los presos políticos vascos. Los cinco supervivientes del Euskaltel respondieron muy bien al colocarse tres en la fuga de 38 formada en el kilómetro 21. Además entraron los dos más fuertes, Egoi Martínez y Gorka Izagirre, junto a Jorge Azanza.

Egoi cumplió lo anunciado de pelear por una buena general a través de una escapada. Era el mejor clasificado de todos los fugados y la pena fue que no tuvo su mejor día y no logró aguantar con los primeros, lo que le hubiera permitido avanzar algunas plazas en la general al margen de la que ha dejado vacante Frank Schleck.

La lectura positiva fue que en un mal día mantuvo su posición y solo el escapado Chris Anker Sorensen le adelantó. Entrar en la fuga le valió para mantener su puesto y para asegurar uno entre los 20 primeros en París. Gorka Izagirre tampoco pudo aguantar a Voeckler y Brice Feillu, que se fueron por delante en el Tourmalet, pero logró un buen tercer puesto que permite sumar más puntos al equipo.

Por detrás de los fugados, no hubo movimientos serios hasta el Aspin, cuando Basso empezó a trabajar para Nibali. En los kilómetros más duros de Peyresourde el italiano atacó por dos veces y Froome y Wiggins respondieron bien y dejaron sentenciadas las dos primeras plazas si no lo estaban ya tras la crono.

Última etapa de montaña

Porque parece poco probable que hoy se produzcan cambios en la general en la última etapa pirenaica de 143 kilómetros entre Bagnères de Luchon y Peyragudes, un final en alto de 15,4 kilómetros al 5,1%. Antes se subirán el col de Menté (1ª), 9,3 kilómetros al 9,1 de media, el col des Ares (2ª) con 6 al 5,3%, la cota de Burs (3ª), con 1,2 al 7,6% y el Port de Balès de 11,7 al 7,7%.