Udate
Irurtzun da inicio a unas fiestas diferentes de la mano de los trabajadores en lucha de Inasa
Durante cinco días todo el que se acerque a Irurtzun disfrutará de unas fiestas en las que la lucha de los trabajadores de Inasa quedará reflejada en los pañuelos negros, símbolo de la amarga situación que viven.
Aitor AGIRREZABAL | IRURTZUN
La juerga estalló ayer, a las seis de la tarde en la plaza del Ayuntamiento de Irurtzun cuando los trabajadores de Inasa, elegidos para ello por su lucha contra el cierre de la empresa, prendieron la mecha del txupin festivo. Con una pancarta en la que se leía «Jaiak bai, borroka ere bai. Inasako langileak», vecinas y vecinos ovacionaron a quienes ocupaban el balcón.
El pueblo, bajo la atenta mirada de la Trinidad y las Dos Hermanas, llegó a la hora del txupinazo con el ambiente animado. Al mediodía, para ir tomando fuerzas, se abrió Barazki Gunea, la zona que gestiona Irurtzungo Herri Mugimendua en estas fechas, a ritmo de trikitixa y txalaparta.
Antes de que los especiales txupineros apareciesen en el balcón consistorial, el protagonismo recayó sobre los más txikis. Como es costumbre, se colocó el pañuelo de fiestas a todos los nacidos durante el último año en Irurtzun. Pero el regalo parecía más para aita y ama, que enseñaban orgullosos sus fotografías, que para los pequeños irurtzundarras. Una vez ataviados de esta guisa los más jóvenes, todo estaba listo para que se diera inicio a las fiestas.
Pero este año se ha roto en cierta medida la tradición, ya que el pañuelo no era el habitual. En lugar del tradicional pañuelo a cuadros, mayores y pequeños vistieron uno de color negro, en el que se ha impreso un lema contundente y esperanzador «Inasa no se cierra». Este lepoko será una muestra de solidaridad durante estas jornadas puesto que, pese a que se encuentre en fiestas, la situación laboral del pueblo es crítica.
A partir del estallido el cohete, los jóvenes, y no tan jóvenes, allí reunidos se introdujeron en la fiesta a ritmo de txaranga, mientras gigantes y cabezudos protagonizaban carreras detrás de los pequeños.
Los irurtzundarras vivirán unas fiestas extrañas, pero con un programa para todos: conciertos, elektrotxaranga, partidos de pelota o herri kirolak, además de calderetes o comidas populares, que no servirán como remedio para la delicada situación económica, pero que tratarán de aliviarla por unos días.
El próximo viernes, a las 19.00 horas, la plantilla de Inasa ha convocado una manifestación para recordar la precaria situación en la que se encuentran.