Zviaguintsev es uno de los nuevos realizadores rusos más aclamados por la crítica, a pesar que su cine sigue siendo considerado minoritario, lo que le costó verse excluido del montaje final del filme colectivo «New York, I Love You». Su segmento fue recuperado para la edición en DVD, recordando el estilo de Kieslowski. El tropezón no ha depreciado su obra, consagrada en los festivales internacionales de cine. Su ópera prima, «El regreso», ganó el León de Oro en la Mostra de Venecia del 2003. Y, con su segundo largometraje, «Izgnanie», consiguió el premio de Mejor Actor para Konstantin Lavronenko.

Todas las películas de Zviaguintsev son dramas familiares que le sirven para hablar de la actual situación rusa, y en «Elena» salen a relucir las contradicciones de una sociedad que se debate entre la occidentalización y la fidelidad a sus tradiciones. Es por ello que ha sido calificada de versión moderna del clásico de Eisenstein «Lo viejo y lo nuevo».

La idea argumental nace de una experiencia familiar del guionista Oleg Negin, quien perdió a un pariente sin que nunca se supiera si había fallecido de muerte natural o de forma provocada por parte de sus herederos. Tan sugerente punto de partida permite a Zviaguintsev profundizar en las tensas relaciones familiares, desde el punto de vista de la madre, interpretada magistralmente por la actriz Nadezhda Markina. Ella sale en defensa de su hijo, quien pasa por una precaria situación económica, con dificultades para mantener a los suyos. En cambio, el marido nada en la abundancia, pero decide legar sus bienes a la hija nacida de otro matrimonio anterior. Ante la injusticia, no podrá sino reaccionar de un modo que le acarreará graves consecuencias.