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Crónica | La marea naranja volvió a subir en los Pirineos

Esait solicitará que no se pongan obstáculos a los aficionados vascos

El Tour se despidió ayer de Pirineos con la confirmación de la tendencia de un descenso de público. La afición vasca volvió a poner el ambiente en las etapas pirenaicas a pesar de los obstáculos que encuentra desde 1995 y que ESAIT pide que desaparezcan en el futuro.

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Joseba ITURRIA

ESAIT, la plataforma que traslada cada año la reivindicación de la oficialidad de las selecciones vascas a las carreteras del Tour, se plantea reunirse con los responsables del Euskaltel para que trasladen a la organización una petición para que desaparezcan los obstáculos que encuentra la afición vasca para acercarse a dar colorido y ambiente a las etapas de Pirineos.

Cuando en 1995 se registraron incidentes en Saint Lary, Jean Marie Leblanc, director del Tour entonces, anunció medidas para reducir la asistencia de aficionados vascos a la prueba y desde entonces las etapas que se disputan más cerca de Euskal Herria se celebran en días laborables, con lo que se reduce las opciones para trasladarse.

Pero ahora el problema no es que llegan menos vascos, sino que la asistencia de público ha bajado este año de manera generalizada, en Alpes y en Pirineos. Buena prueba de ello fue que ayer estaba abierta la carretera de acceso a Peyragudes a las 11.30 de la mañana, cuando normalmente los accesos a los puertos que son finales de etapa en el Tour se cierran de víspera.

A esa hora salía la segunda subida ciclista organizada por ESAIT este año, a Peyragudes, con un número de participantes sensiblemente inferior a la del día anterior al Peyresourde. Los organizadores de la marcha trasmitían que muchos aficionados se fueron después de la etapa del miércoles, en la que sí se congregó mucho más público en la subida, y la explicación es que muchos de los que asistieron tenían que trabajar ayer.

A los vascos, ni pagando

Pero las obligaciones laborales para desplazarse al Tour no son el único obstáculo que se han encontrado este año los vascos. Los responsables de ESAIT se encontraron al llegar a la zona que habían elegido para colocar su infraestructura que era la única en la que había que pagar para entrar en ella, 30 euros por vehículo y día. Pero lo peor es que a los vehículos que llegaban desde Euskal Herria y querían entrar en esa zona donde ESAIT iba a desarrollar sus actos no le dejaban acceder ni pagando, a pesar de que había espacio.

Por eso, el portavoz de ESAIT, Martxel Toledo, denunciaba que «nuestra zona era apropiada para ver las dos etapas, pero nos han puesto problemas, no querían que entraran más vascos. Por primera vez nos han cobrado, pero el problema no es cobrar, sino que a los vascos no nos dejaban entrar. Nos mandaban a distintos sitios para disolvernos, no han dejado juntarse a mucha gente en nuestra zona. La controlaban y ponían que estaba completa, cuando no era verdad. Veíamos cómo si venía una autocaravana francesa le dejaban entrar y le mandaban a una zona que esta mucho más llena y, si venía de Euskal Herria, le decían que no había sitio cuando en nuestra zona había muchísimo terreno para acampar y aparcar. Tenían miedo de que los vascos íbamos a organizar algo. Cuando les dijimos que íbamos a organizar una fiesta nos dijeron que no. Quizás temían que la gente no fuera a lo que habían organizado ellos y se acercara a la nuestra».

Toledo añade que «cuando llegaban aficionados vascos que aparcaban fuera de esa zona y querían acampar con nosotros vinieron los gendarmes a decirles que ahí no se podía aparcar y tuvieron que recoger las tiendas de campaña, coger el coche e ir a otro sitio». Y, sin embargo, ayer la carretera estaba abierta y, a pesar de que la subida final era de solo tres kilómetros, la zona vallada estaba casi vacía.

Ante esa situación, Toledo anuncia que «nuestra intención es hablar con el equipo Euskaltel, que tiene relación directa con la organización, porque no pueden poner tantos problemas a la gente que viene de Euskal Herria. Otras veces la meta está a tope a estas horas y hoy se ve que no hay mucha gente. Poner las dos etapas decisivas en días laborables supone un problema para los aficionados. Pediremos que pongan las etapas en fines de semana, aunque suponemos que nuestra petición caerá en saco roto».

Valoración positiva

Al margen de estos problemas, Martxel Toledo destaca que la Euskal Festa del martes y las dos subidas al Peyresourde y Peyragudes «han ido muy bien. Hemos tenido muy buen tiempo y el ambiente ha sido bueno. La pena es que teníamos una zona para que disfrutaran los aficionados, que desde ahí podían ver las dos etapas, y no les han dejado. Toda la comida y las bebidas se han agotado, pero la gente habría podido disfrutar más si le dejan acceder».

A pesar de los problemas, los aficionados vascos volvieron a ser mayoría en las carreteras, en las que se dejaron ver las ikurriñas, las camisetas naranjas y muchas banderas que reclaman la vuelta a casa de los presos políticos vascos. También las pintadas en la carreteras fueron muchas y el nombre de Gorka Izagirre, protagonista de las dos etapas pirenaicas, era el que más aparecía en la ruta.

También ha habido pintadas de apoyo a los demás vascos, a Samuel Sánchez, y entre todas destacaba una en el Tourmalet que rezaba: «Eskerrik asko Miguel Madariaga», en el adiós del Tour del principal responsable de que la marea naranja salve los Pirineos, a pesar de las medidas de algunos para frenarla.

 

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