«Jaiak bai, borroka ere bai», nos recuerda Fernando Carrión, representante de LAB en Inasa. Las fiestas tienen un tono distinto durante estos días, un tono oscuro, como el de los pañuelos negros hechos para la ocasión, en los que se lee ``Inasa no se cierra'' y que sustituyen al tradicional pañuelo de cuadros.

Se viven unos días distintos a los de cualquier otro año. La situación de las familias irurtzundarras es distinta a la de cualquier otro año. «Llevamos dos meses sin cobrar con todo lo que ello supone», aclara Carrión. La mayoría no se podrá permitir muchos excesos durante estas jornadas. La situación económica a la que han sido forzados marcará las fiestas. Pese a vivir una amarga época, quiere verle el punto positivo. «La gente está desesperada pero orgullosa de la lucha. Mantendremos la dignidad de los trabajadores hasta el final», manifiesta. Ejemplo del apoyo popular es que cada vez que se ha votado la continuación de la huelga, el apoyo ha ido creciendo tanto en la calle como entre los miembros del comité.

Fernando Carrión recuerda que se valoró «incluso suspender las fiestas, pero parecía algo descabellado». Sin embargo, la reivindicación no quedará tan solo colgada del cuello de los irurtzundarras. Hoy, a las 19.00, los trabajadores de Inasa han convocado una manifestación a nivel zonal, donde esperan reunir a muchas voces que se hagan escuchar. «Será una de las últimas, si no la última. El último cartucho», asegura el representante de LAB.

La lucha vive sus instantes finales y decisivos, ya que hoy termina el periodo de consulta abierto tras el cierre. «No hay ningún tipo de acuerdo», aclara. Inasa planteó 155 despidos alegando que la continuidad era «inviable» si no se aplicaba la reforma laboral. En respuesta, el comité de empresa propuso una reducción salarial del 24%, oferta que no se aceptó.

«El Gobierno apoyó la reforma»

Las posturas, incluso dentro del comité, son variadas. La mayoría apuesta por la indemnización mientras que desde LAB, según apunta Carrión, se inclinan «por la continuidad de la empresa». Desde Inasa se ofreció a los trabajadores la compra de la empresa por 130 millones de euros, a lo que se sumaban 11 millones de deuda. «Con esa broma a otra parte», fue la respuesta de los empleados.

La dirección de Inasa se ha reunido con el Ejecutivo de Iruñea pero, como recuerda Carrión, «el Gobierno apoyó la reforma laboral». Pese a la postura del Ejecutivo navarro no pierde la esperanza: «Vamos a presionar para que tome cartas en el asunto. Su implicación es fundamental». Pese a que el futuro es negro, la lucha estará muy presente durante estas jornadas. La tradicional txosna de la izquierda abertzale en la plaza de Irurtzun está siendo gestionada por los trabajadores de Inasa, que no dudan en seguir al pie del cañón.

Cabe recordar que no solo en el txupinazo de Irurtzun se pudieron ver pancartas de los trabajadores de Inasa. El 6 de julio, en la plaza del Ayuntamiento de Iruñea, se vio una que recordaba al mundo entero la situación en la que se encontraba la planta irurtzundarra. Es el otro momento de felicidad que se observa en la cara de Carrión: «Fue un puntazo. Ejemplo de la lucha que llevamos durante meses».

El orgullo de conseguir estar presentes en un lugar y momento tan importante de Nafarroa fue todo un éxito para ellos. El mensaje llegó a todas partes del mundo, que pudo conocer la voz de estos trabajadores con otra pancarta que burló el marcaje de la Policía Municipal. Al igual que lo hicieron la ikurriña y las que exigían la repatriación de los presos y refugiados políticos vascos, superaron la censura.

La juerga está presente en Irurtzun desde el miércoles hasta el domingo. Los derechos de muchas personas se juegan al mismo tiempo que los cubatas vuelan en cada txosna y por ello, no descansarán en ninguno de los dos frentes: «Jaiak bai, borroka ere bai».