El ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, dio ayer por «definitivamente resuelto» el secuestro del empresario zaragozano Publio Cordón, a la espera de que aparezca su cadáver, tras el hallazgo de la vivienda en la que al parecer estuvo retenido y la detención ayer de Vicente Sarasa, en Cádiz, y José Antonio Ramón y Manuela Ontanilla , en Sevilla, a los que presentaron como «históricos» miembros de los GRAPO.

Cordón fue secuestrado el 27 de junio de 1995 en Zaragoza y 17 años después, y gracias a un testigo protegido, la Guardia Civil dijo haber localizado en Lyon la vivienda de dos plantas en las que estuvo retenido y de la que trató escapar 15 o 16 días después de su captura. Según lo relatado ayer por Fernández Díaz, Cordón consiguió salir del «armario-zulo» en el que estuvo encerrado e intentó escapar por la ventana, pero al ser descubierto, «en la precipitación por huir, cayó y sufrió heridas que le ocasionarían la muerte».

El ministro confirmó que el cadáver fue enterrado en la zona del Mont Ventoux, tal y como señaló en 2009 el exdirigente de los GRAPO Fernando Silva Sande, uno de los condenados por este secuestro, y anunció que se intensificará la búsqueda del cuerpo.

Fernández Díez señaló que Ramón alquiló la vivienda de Lyon y Ontanilla participó en el cobro de los 400 millones de pesetas que la familia de Cordón pagó como rescate. No precisó la relación de Sarasa, quien en 2009 fue absuelto de pertenecer a los GRAPO por falta de pruebas, con el secuestro.

Según las fuerzas de seguridad, Sarasa fue expulsado del PCE (r) junto a Silva Sande y a otros militantes por su secretario general, Manuel Pérez Martínez, «Camarada Arenas», y Ramón y Ontanilla planificaban crear dentro de la organización un grupo de oposición a Pérez Martínez a través de una corriente llamada «Fracción Octubre del PCE(r)-GRAPO» para agrupar a los militantes.

Cinco condenados

Los militantes del PCE (r) y de los GRAPO Enrique Cuadra Etxeandia -fallecido-, José Ortín -fallecido- y Concepción González, que siempre mantuvieron que liberaron al empresario, fueron condenados en 1998 como autores materiales del secuestro. En 2007, se condenó a Silva Sande, quien le vigiló durante su cautiverio, y, dos años después, al «Camarada Arenas», como autor por omisión de aquel hecho.

La familia de Publio Cordón recibió con satisfacción las últimas noticias relacionadas con el secuestro, aunque su mujer, Pilar Muro, dijo no dar credibilidad a la versión de Silva Sande. Su hija, María Cordón, afirmó que esta «terrible historia» solo concluirá cuando aparezca el cadáver de su padre.