Los agentes de aduanas de Gran Bretaña convocaron una huelga la víspera de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, según informó ayer su sindicato, lo que podría provocar retrasos y cancelaciones en los aeropuertos ante los miles de visitantes que espera la capital británica.

El sindicato Servicios Públicos y Comerciales (PCS) explicó que sus miembros, incluidos los agentes que se encuentran en los controles de pasaportes, irán a la huelga el 26 de julio y rechazarán trabajar horas extra desde el 27 de julio al 20 de agosto en tareas de apoyo al evento deportivo en señal de protesta por los despidos y los recortes de los salarios.

«La vida del personal se ha vuelto intolerable con estos recortes», denunció Mark Serwotka, secretario general del PCS, uno de los sindicatos más beligerantes del país. «Los ministros conocen el tema desde hace mucho tiempo y deben actuar ya para acabar con el caos que han causado», remarcó.

El Gobierno de David Cameron se apresuró a rechazar la convocatoria de esta protesta. «No creo que sea correcto, no creo que esté justificado», declaró el primer ministro.

En los últimos meses, los viajeros que han llegado a Gran Bretaña han sufrido la falta de personal en los aeropuertos. Algunos han tenido que esperar horas en el aeropuerto de Heathrow para que el personal comprobase su pasaporte.

El Gobierno, por su parte, puso ayer en alerta a 1.200 soldados adicionales de cara a esta cita deportiva. «Tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad, así que hemos puesto a 1.200 militares adicionales en estado de alerta. Hemos reducido el periodo en el que pueden ser movilizados de siete días a 48 horas», explicó el ministro de Cultura y Deportes, Jeremy Hunt. Explicó que los soldados puestos en alerta «continuarán en sus actuales destinos, pero podrán ser llamados si los necesitamos durante las próximas semanas».

Además, el Ejército ha previsto que un portaaviones militar navegue por el Támesis durante los Juegos, ha preparado cazas en bases aéreas cercanas a la ciudad e instalará baterías de misiles tierra-aire en seis puntos de Londres.

El plan de seguridad de Londres 2012, con un presupuesto cercano a 1.200 millones de euros, prevé la movilización de 42.000 personas, entre militares, policías y personal privado, y contaba con el compromiso de la empresa G4S de reclutar a 10.400 personas para hacerse cargo de gran parte de la vigilancia en los estadios y recintos olímpicos. Sin embargo, la pasada semana admitió que no iba ser capaz de cumplir el contrato.