El miedo se apodera de Damasco ante el endurecimiento de los combates
El miedo se extiende en Damasco, donde se han recrudecido los combates entre el Ejército y los insurgentes. Tras el atentado que acabó con los principales responsables de seguridad del régimen, los sirios temen que puede pasar «cualquier cosa». El Ejército emplea tanques y helicópteros y ha pedido a los habitantes de los escenarios de los combates que abandonen sus barrios. Miles huyen a países limítrofes y la oposición ve cerca el fin del régimen.
GARA | DAMASCO
Cientos de personas huían ayer de los barrios de Damasco escenario de violentos combates al día siguiente del atentado que mató a tres de los principales responsables de la seguridad del régimen sirio. El miedo a la guerra y los atentados se ha extendido entre la población.
Al día siguiente del atentado contra una reunión de ministros y altos cargos militares, la mayoría de los tenderetes de las calles comerciantes de Salhie y Chaalane permanecían cerradas. Y en las pocas tiendas abiertas, los clientes compraban apresuradamente.
«La gente tiene miedo. Piensan que, después del atentado, todo puede pasar», explicaba a France Press un vendedor ambulante en el barrio de Bab-Tuma.
Los combates que comenzaron el domingo se han intensificado y el Gobierno sirio ha anunciado que reforzará sus operaciones en las próximas horas. «Estos combates de extrema violencia seguirán durante las próximas 48 horas para limpiar Damasco de terroristas antes del comienzo del Ramadán», el mes de ayuno musulmán.
«Utilizar todas las armas»
«Hasta ahora, el Ejército ha dado prueba de retención en sus operaciones pero después del atentado, ha decidido utilizar todas las armas en su posición para acabar con los terroristas», añadió una fuente de los servicios de seguridad.
Para ello, «el Ejército ha pedido a la población que se aleje de las zonas de combates ya que los terroristas pretenden utilizar a los habitantes como escudos humanos».
Según la oposición cientos de habitantes de la periferia de Mazze, huyeron hacia el interior de este barrio de clase alta, «por temor a una operación de las fuerzas regulares a gran escala» como resultado de los combates, según la oposición. Los mismos movimientos se registraron en el distrito de Tadamun y en el campamento palestino de Yarmuk (sur). Además algunos opositores aseguran que milicias paramilitares han comenzado a actuar.
La artillería del régimen sirio bombardeó varios barrios del centro de Damasco donde, según la oposición, el Ejército se enfrenta a los rebeldes. En declaraciones a Efe, el activista Abu Qais al Shami, vecino de uno de los barrios más castigados, Tadamun, apuntó que este distrito está cercado por los soldados leales al presidente Bashar al Assad, que lo bombardean desde helicópteros. Añadió que en el barrio de Midan cayeron 28 proyectiles .
Otro grupo opositor, la Comisión General de la Revolución Siria, afirmó que los tanques del Ejército han irrumpido en Midan en las inmediaciones de la mezquita de Al Mayid con unos 300 soldados. Por su parte, la televisión oficial siria advirtió a los ciudadanos de la presencia de «hombres armados disfrazados de militares y con insignias de la Guardia Republicana en las zonas de Tadamun, Midan y Naher Aisha, que podrían cometer crímenes y atentados».
La agencia de noticias oficial siria, Sana, informó de que las fuerzas del orden frustraron las tentativas de distintos «grupos terroristas armados» de infiltrarse en Siria a través de varios puntos de la frontera con el Líbano, en una operación en la que hubo muertos y heridos.
El Ejército Sirio Libre (ESL) había anunciado el comienzo de «la batalla por la liberación de Damasco» la víspera del atentado contra la plana mayor del aparato de seguridad. Al contrario que en atentados anteriores, el ESL asumió rápidamente la autoría.
Sin embargo, ningún medio oficial ni opositor ha difundido imágenes del mismo y las fuerzas de seguridad impidieron a los medios de comunicación acercarse al lugar. Las circunstancias del atentado -entre ellas si se trató de un kamikaze o de una bomba colocada en al reunión de los ministros y militares- siguen sin aclararse.
El atentado golpeó a la primera línea del régimen: el ministro de Defensa, el general Daud Rajha; el general Asef Shaukat, cuñado de Bashar al Assad, y el general Hassan Turkmani, jefe de la célula de crisis creada para hacer frente a la revuelta. A la vez, resultaron heridos el ministro de Interior, Mohamed Ibrahim al-Shaar, y el jefe de la Seguridad Nacional, Hisham Ikhtiar, según los propios servicios de seguridad.
«Últimos días del régimen»
Para la oposición, el atentado ha mostrado la vulnerabilidad del régimen y anuncia su caída. «Lo que pasó ayer es un signo del comienzo del fin del régimen. Es un gran golpe al jefe del Estado y al aparado de seguridad y represivo del régimen», afirmó Georges Sabra, portavoz del Consejo Nacional Sirio CNS, el grupo opositor que reconocen las potencias occidentales.
Su presidente, Abdel Basset Seida, añadió que «el régimen sirio vive sus últimos días».
Los Hermanos Musulmanes, por su parte, advirtieron de que el régimen es ahora ,«tan peligroso como un lobo herido», alertando de su posible reacción.
En su entusiasmo por ver el final del Al Assad, los opositores empezaron a cuestionar el paradero del presidente sirio, afirmando que se había retirado hacia la región alauí de Latakia, planteando un escenario que recuerda al del final del líder libio Muamar Gadafi, linchado en octubre de 2011.
De hecho, un activista difundió un nuevo video en Twitter con nuevas imágenes de los rebeldes libios jugando y burlándose del cadáver de Gadafi, como una forma de advertencia hacia el presidente sirio. Pero un consejero del presidente informó de que Al-Assad se encontraba en el palacio presidencial. La televisión siria mostró además imágenes del presidente con el nuevo ministro de Defensa, Fahd al-Freij, tras la toma de posesión de este.
Quienes sí se encontraban en la ciudad de Tartus fueron la madre y la hermana de Bashar al-Assad para asistir al entierro de Assef Shaukat, el cuñado del presidente muerto en el atentado del miércoles.
Casi cien muertos
La oposición también denunció la muerte un día más de decenas de personas por la violencia en combates y ataques a lo largo el país, principalmente en Damasco y sus alrededores. Según los Comités de Coordinación Local esta cifra asecendía a 94, entre civiles y desertores, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos documentó 62. Este organismo indicó que el miércoles, el día del atentado, murieron 214 personas -de ellas 38 en Damasco-, de las cuales 124 fueron civiles, 62 soldados y 28 insurgentes.
Por otro lado, Israel anticipó también la caída de al Assad al mostrar su preocupación por el destino de supuestas armas químicas al temer que puedan caer en manos de Hizbulah, según indicó el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak. En la misma línea, el Pentágono reiteró su preocupación por el arsenal químico de Siria e instó a Damasco a protegerlo y a no utilizarlo, por la dimensión que podría alcanzar el conflicto.
Por otra parte, el expresidente de la Asamblea General de la ONU, el nicaragüense Miguel d'Escoto responsabilizó al «asesino y genocida imperio estadounidense» por el atentado del miércoles en Damasco.
Los insurgentes sirios han comenzado a tomar el control de varios puestos fronterizos. En el caso de la frontera con Irak, el viceministro de Interior iraquí, Adnan al-Assadi, aseguró que «la totalidad de los puestos fronterizos entre Irak y Siria está bajo control del Ejército Sirio Libre (ESL)». Guardas fronterizos iraquíes relataron cómo los rebeldes se apoderaron de uno de los puestos después de arrestar a un coronel del Ejército sirio al que le cortaron los brazos y las piernas, según el viceministro. El ESL «ha ejecutado a 22 soldados del Ejército ante los ojos de los soldados iraquíes», afirmó al-Assadi. «Si esta situación continúa vamos a cerrar la frontera con Siria», anunció.
Los insurgentes también tomaron el puesto fronterizo de Bab al Hawa, un paso comercial importante a Turquía, haciéndose con el control de varios edificios de los departamentos de aduanas e inmigración, según un combatiente rebelde y un portavoz, que explicaron que lograron entrar al puesto tras enfrentarse a soldados leales a Bashar al Assad. En los últimos diez días lo habían intentado varias veces sin éxito. GARA
Más de 18.600 sirios se han refugiado en Líbano desde el miércoles a través del paso de Masnaa, huyendo de la violencia en el país, sobre todo de Damasco, según una fuente de seguridad libanesa, que aseguró que la cifra va en aumento. Más de 10.000 lo hicieron ayer.
Varios miles de familias iraquíes instaladas en Siria huyeron ayer para volver a Irak después de haber sido «agredidas» por fieles al régimen de Bashar al Assad, según Qassim Mohamed Abid, gobernador de la provincia de Anbar, que añadió que se ha puesto en marcha una célula de crisis para hacer frente a la situación.
Las autoridades de Israel bloquearán a todos los refugiados sirios que intenten entrar en el país huyendo de la violencia en Siria, según advirtió el ministro de Defensa, Ehud Barak. «Si tenemos que detener una ola de refugiados, la detendremos», señaló Barak.
Rusia y China opusieron su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU a la resolución de los países occidentales que amenazaba a Siria con sanciones y podría abrir la puerta a una intervención exterior en el país, además de incluir la prórroga de la misión de los observadores de la ONU. Se trata de la tercera vez en que Moscú y Beijing vetan una resolución de ese tipo pero en esta ocasión las potencias occidentales amenazan con poner fin a la misión de la ONU en el conflicto.
De los quince miembros del Consejo de Seguridad, la resolución recibió 11 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones. Fue presentada por el Estado francés, Estados Unidos, Alemania, Portugal y Gran Bretaña, que no ahorraron duras críticas a la postura rusa y china y dieron por concluida la mediación de Annan. El embajador ruso, Vitali Churkin, explicó que el texto «abre la vía a la presión de sanciones y a continuación a una implicación militar del exterior en los asuntos interiores de Siria». Aunque los occidentales aseguraron que solo se trataba de sanciones también el embajador sudafricano, Ebrahim Ebrahim, que se abstuvo, juzgo la resolución desequilibrada porque solo condena a una de las partes en el conflicto.
La Casa Blanca reaccionó calificando el veto de «extremadamente lamentable» y juzgó que «Rusia y China se han colocado en el lado malo de la Historia», anunciando que, sin la aprobación de la resolución, Washington no apoya prolongar la misión de observadores de la ONU. En los mismos términos, el embajador francés, Gérard Araud, indicó que el veto «ha puesto en peligro la mediación de Kofi Anann» y sostuvo que Rusia busca «ganar tiempo para que el régimen sirio aplaste a la oposición». Su homólogo británico, Mark Lyall Grant, acusó a Rusia y China de «anteponer sus intereses a la vida de millones de sirios» y de proteger un «régimen brutal». Hoy el Consejo deberá tomar una decisión sobre el futuro de la misión de observadores.
Kofi Annan y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, coincidieron en expresar su decepción por la incapacidad del Consejo de Seguridad de unirse y adoptar «una acción fuerte y concertada» respecto a Siria en un momento crítico. GARA