El mapa que dibujan los datos de la Encuesta Sociolingüística hechos públicos ayer precisa de un GPS del que carecemos. La población bilingüe ha aumentado (notablemente en la CAV, algo en Navarra y de forma negativa en Iparralde), casi seis de cada diez jóvenes de la CAV de entre 16 y 24 años es capaz de expresarse en euskera (uno de cada cinco en Navarra), y desde 1991 el número de bilingües se ha incrementado en 185.600 personas. Cada vez hay más euskaldunes pero, ¿qué camino hay que tomar para que, consecuentemente, cada vez se utilice más el euskera? ¿Qué salida hay que tomar en la próxima rotonda? No voy a ser yo quien ponga la voz a ese GPS, que para ello existen expertos en sociología y lingüística. Me atreveré solo a reclamar que no se nos ponga el señuelo de cifras con intención triunfalista, porque basta con darse una vuelta por las calles de cualquier pueblo (diría incluso que independientemente de su grado de euskaldunización) para comprobar que el tráfico del euskera no es ni mucho menos fluido. Una lectura sin el GPS correcto puede llevar a una peligrosa conclusión: cada vez hay más euskaldunes y el relevo está asegurado con la masiva incorporación de los jóvenes. Las encuestas pueden ser engañosas. Una persona responde en un segundo que es euskaldun (diciendo la verdad, por supuesto) y se suma así a un porcentaje, pero perfectamente puede pasar el resto del día sin decir una sola palabra en euskera. En algún momento habrá que reprogramar la ruta.