The guardian | Editorial, 2012/7/18 (Traducción: GARA)
Siria: muerte en Damasco
Tras 16 meses desde que el levantamiento en Siria comenzara, la pérdida de vidas de un día se une inexorablemente a del siguiente. Pero el miércoles fue diferente, por dos razones. La lucha continuó por tercer día en el corazón de Damasco, demostrando que el Ejército Sirio Libre ahora puede mantenerse y ganar terreno contra las fuerzas que son superiores a ellos en todos los sentidos. Y, por primera vez, el conflicto llegó cerca y de manera personal a Bashar al Assad.
El ataque que mató a tres o quizás cuatro miembros de su círculo más íntimo no fue solo en la capital, fue dentro del cuartel general de la seguridad nacional -una fortaleza dentro de la fortaleza-. La muerte del general Hassan Turkmani, el ministro de Defensa, el general Dawoud Rajha, y del ministro del Interior, Mohammad Shaar -quien según algunos informes fue asesinado, o herido según otros- fue un momento significativo. Su masacre simultánea abre un agujero en el corazón del gobierno. Lo más significativo de todo, sin embargo, es la pérdida del diputado Sr. Rajha, Assef Shawkat. Él es el arquitecto de la represión, y -como cuñado del presidente- pertenecía al ovillo de poder tejido por el clan Assad, que ha dominado Siria durante cuatro décadas.(...)
Incluso ahora, el régimen mantiene un cierto apoyo genuino. La escalada de sectarismo podría llevar a un endureciminento entre la minoría chií alauita, de donde provienen los Assad. Tradicionalmente, sin embargo, construyeron su fuerza en una coalición más amplia, teniendo de su lado a kurdos, cristianos y, de hecho, a parte de la clase media suní.(...)
El mundo de la diplomacia se ha movido a un ritmo muy lento durante toda esta crisis, después de haber ido, siempre, unos pasos por detrás de la tragedia en cada una de sus etapas. Pero el miércoles hubo por lo menos signos en las conciencias de que las cosas podrían estar llegando a un punto crítico.(...)
No había ninguna señal de ello en la demanda a pleno pulmón de Moscú para que los «terroristas» que habían golpeado al régimen comparecieran ante la justicia, pero con tantos vínculos militares y comerciales que proteger, el juicio frío y pragmático apunta eventualmente a que Rusia estaría dispuesta a cortar con Assad. Nadie sabe si se ha alcanzado un punto de inflexión, pero el acto final de esta terrible tragedia podría llegar mucho antes de lo que pensábamos solo hace unos días.