La grave situación financiera que atraviesa el Consistorio aguraindarra es el origen de la moción presentada por Bildu y refrendada por el Pleno municipal. En esa iniciativa se acusa al equipo del jeltzale Xabier Agirre de no ejercer «correctamente la función de tutela financiera» cuando estuvo al frente de la Diputación alavesa en la anterior legislatura. Precisan que, «al menos en un caso concreto», no lo hizo, ya que el anterior gobierno municipal presidido por Iñaki Beraza «hizo caso omiso de las indicaciones de la propia institución foral».

Según se recoge en la declaración aprobada por la Corporación, «pese a hacer oídos sordos» a las recomendaciones de la Diputación, la institución que presidió Agirre no tomó medida alguna al respecto y provocó «un agravamiento de la situación financiera municipal que ahora padece la localidad».

El Pleno solicita a la Diputación, ahora gobernada por Javier de Andrés (PP), que realice un informe sobre las funciones de tutela financiera que el anterior Ejecutivo foral efectuó sobre el Ayuntamiento de Agurain entre junio de 2007 y junio de 2011, para poder así «determinar responsabilidades políticas».

Entonces estuvo al frente de la Alcaldía Iñaki Beraza bajo las siglas de la agrupación Agurain Guztion Artean (AGA). El ahora portavoz municipal del PNV -primer edil desde 1987, entonces por EA- se integró en 2009 en la ya desaparecida Hamaikabat, llegando a ser su presidente en Araba.

Desde el Consistorio se explica que la Diputación no adoptó medida alguna ante ese incumplimiento, y va más allá. En la moción aprobada el jueves pasado se recoge también la preocupación por el «hecho de que hasta el momento, no se haya asumido ningún tipo de responsabilidades políticas por parte de los anteriores gestores que aún ostentan cargos públicos en el Ayuntamiento», en clara referencia a Beraza como máxima autoridad municipal en aquel periodo.

Impagos por 3,5 millones

No se pasa por alto en el análisis de las cuentas de la institución local que, en el anterior mandato, la situación económica-financiera «era realmente grave y complicada». Se desvela, por ejemplo, que el listado de facturas sin pagar desde el año 2007 hasta junio de 2011 superaba los 3,5 millones de euros.

Antes de los comicios del 22M, Beraza reconoció que había endeudado al Ayuntamiento con obras, aunque negó que la cuantía fuera tan elevada y aseguró que existían cauces para conseguir financiación. Estas manifestaciones no parecen ciertas por lo que se desprende de la actual situación financiera y a la vista de las acusaciones que se vierten por la actual mayoría municipal soberanista.

Ahora se acusa a la anterior Corporación, en la órbita jeltzale, de haber continuado comprometiendo gastos sin financiación prevista para ellos «y siendo plenamente conscientes de la disminución de ingresos ejercicio tras ejercicio». En esa misma línea, se denuncia que el gobierno municipal que lideraba Beraza hizo caso omiso de un informe de 2010, en el que se señalaba una serie de pasos previos a realizar antes de concertar un nuevo préstamo.

Lo cierto es que en febrero, al presentar el Plan de Estabilidad Presupuestaria, el equipo de la soberanista Maider García de Bikuña dio a conocer que el Consistorio acumulaba una deuda de 11 millones de euros, de los que algo más de 3,5 millones correspondían a ese impago de facturas en el anterior mandato.

En junio se ha aprobado un presupuesto condicionado por el pasado. El gasto total previsto en las cuentas asciende a 6,98 millones. Eso sí, se reducirá en un 27,56% respecto a 2011, lo que se traduce en una aminoración del gasto de cerca de 2,6 millones. A pesar de la reducción de las partidas presupuestarias para hacer frente a nuevas inversiones, se subraya que «no implica ni un empeoramiento de la calidad de los servicios públicos ni una reducción en ayudas sociales, culturales y deportivas».