París pide un Gobierno de transición mientras los combates llegan a Alepo
El Estado francés instó ayer a la oposición siria a formar un Gobierno de transición para preparar el futuro del país árabe, mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se dispone a enviar a Siria a un emisario para evaluar la situación y se recrudecen los enfrentamientos entre las tropas leales a Bashar al-Assad y los rebeldes, que ayer tuvieron en Alepo uno de sus principales escenarios.
GARA | DAMASCO
El Gobierno francés volvió a tomar la iniciativa ayer en relación Siria al pedir a la oposición la «rápida formación» de un Gobierno de transición provisional «representativo de la diversidad de la sociedad siria» y ofrecer que París sea el escenario de «una reunión ministerial» para preparar el futuro de el país árabe. «Ha llegado el momento de preparar la transición y el día de mañana» en Siria, afirmó en una declaración el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius.
El jefe de la diplomacia gala dijo estar dispuesto a apoyar «cualquier iniciativa» para «consolidar los esfuerzos de los países árabes en la construcción de la Siria del mañana» y ofreció la posibilidad de celebrar para ello una «reunión ministerial» en París.
«He mantenido ciertos contactos, principalmente con el secretario general de la Liga Árabe (Nabil al-Arabi) y con el primer ministro de Qatar (jeque Hamad ben Yasem al-Zani). Todos estamos de acuerdo en que ha llegado el momento de que la oposición se prepare a tomar las riendas del país», añadió.
Fabius insistió en que «sean cuales sean sus maniobras, el régimen de Bashar al-Assad está condenado por su propio pueblo, que está demostrando una gran valentía», según recogió Efe.
Mañana, el ministro tratará en Bruselas sobre la manera de «aportar, con la Unión Europea (UE), la ayuda y el apoyo necesario a los refugiados, cada vez más numerosos en los países vecinos», concluyó. .
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que ha criticado la incapacidad de la llamada comunidad internacional, y en especial del Consejo de Seguridad de la ONU, para poner fin al derramamiento de sangre en Siria, anunció ayer en Zagreb que enviará a Siria a su subsecretario para operaciones de paz para evaluar la situación.
Mientras tanto, en el país árabe se han recrudecido los enfrentamientos entre las fuerzas leales a Al-Assad y los rebeldes, con un número creciente de víctimas mortales que ayer superaron las 80, según la oposición. Los combates llegaron ayer a Alepo, la segunda ciudad y capital económica del país, y en áreas de su provincia homónima, donde los combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS) dijeron haber tomado en control de varias zonas fronterizas con Turquía.
Los militares entraron en el barrio de Salahedin, el más grande de la ciudad, que lleva dos días bajo control rebelde, y de donde huyeron cientos de familias. También se registraron combates en Al-Sajur, uno de los barrios más pobres de Alepo, donde conviven integrantes de cuatro tribus opuestas al presidente sirio.
En Damasco, las fuerzas gubernamentales lograron recuperar el control de algunos barrios en manos del ELS tras intensos bombardeos.
El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, señaló el viernes que ha dado órdenes al Ejército para que se prepare para una posible intervención militar en Siria en caso de que el Gobierno sirio intente entregar armas al partido-milicia chií libanés Hizbulah, aliado de Damasco.
El Ejército Libre Sirio (ELS) tomó ayer el control del único paso fronterizo entre Siria y la provincia iraquí de Nínive (norte), el de Al-Yarbia (Rabía para Irak), tras enfrentamientos con las fuerzas del régimen sirio.
Bahrein amaneció ayer en medio de una tensa calma tras los duros enfrentamientos con la Policía que el viernes dejaron varios manifestantes heridos. Las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes en su intento de acallar las protestas que se llevaron a cabo en distintos puntos del país a pesar de que el Ministerio de Interior volvió a denegar el permiso a los actos convocados por el partido opositor Al-Wefaq, el principal movimiento de la mayoritaria población chií, para exigir transformaciones democráticas en el país.
El Gobierno atribuye a la oposición un plan para «socavar la seguridad y fomentar alegaciones infundadas para utilizarlas en la prensa y servir a estrechas intenciones políticas, además de acusar al Ministerio de Interio de oponerse a la libertad de expresión».
La Policía se desplegó en varias zonas del país para evitar que se celebraran las manifestaciones y lanzó gases lacrimógenos y granadas de sonido contra los participantes. En Yid Hafs, un suburbio de Manama, los agentes dispararon perdigones y un manifestante resultó herido en un ojo. Al menos 25 localidades del reino fueron escenario de protestas y enfrentamientos.
Bahrein, un pequeño reino de mayoría chií, es escenario desde hace más de un año de protestas populares para pedir reformas políticas que han sido reprimidas por la fuerza por la monarquía suní gobernante de los Al-Khalifa. Desde que en febrero de 2011 comenzaron las protestas, cerca de 90 personas han muerto en el país, según datos de la oposición, que también denuncia detenciones indiscriminadas y violaciones flagrantes de los derechos humanos. GARA