El Ayuntamiento de Ondarroa trabaja en la renovación de las Normas Subsidiarias (NNSS) de 1997, en las que la marisma de Aieri deja de ser calificada como zona urbana. La plataforma Alleri Zainddu! -integrada por Mutriku Natur Taldea, Eguzki y Ekozain- recurrió esa calificación urbanística de los terrenos, en los que se pretendió edificar bloques de viviendas sobre una extensión de 13 hectáreas de la margen derecha del Artibai, y el TSJPV ha sentenciado la ilegalidad del Plan impulsado por la Gestora del PNV.

En el primer año al frente del Consistorio, Bildu ha comenzado a dar pasos para que Aieri se clasifique en las NNSS de acuerdo a la protección legal que tiene. La marisma del Artibai se incluye en el Plan Territorial Sectorial (PTS) de Humedales del Ejecutivo de Lakua y también es un Lugar Importancia Comunitaria (LIC) para Europa.

Al inicio de 2012, se aprobó la redacción de un estudio sobre fauna y flora. En octubre, según la planificación refrendada en el seno de la Comisión de Medio Ambiente, se llevarán a cabo visitas guiadas de escolares y vecinos con los biólogos que llevan a cabo ese trabajo. En esa dinámica, hace un par de meses, se presentó un proyecto de regeneración que fue bien acogido.

A partir de ahí, el Ayuntamiento se ha dirigido a la Demarcación de Costas del Ministerio español de Medio Ambiente, para que le autorice actuar en ese entorno ya que está calificado como dominio público marítimo terrestre. «El proceso de concesión del permiso será largo, por eso lo hemos pedido ya -advierten fuentes municipales-. Para que el año que viene, podamos empezar a trabajar con el tema».

El área que se pretende recuperar y regenerar, explican, es la del dominio público marítimo terrestre, «la que hoy en día no tiene ningún uso. Pero como antaño se utilizó como huerta, tiene muros de tierra que impiden que se filtre el agua de las mareas». De aquel ambicioso proyecto que la Gestora controlada por el PNV se encargó de publicitar, finalmente no se llegó a ejecutar nada, ya que el recurso en los tribunales la paralizó. «El proyecto de las 480 viviendas se quedó en eso, en proyecto. Físicamente no se tocó nada», explican, antes de apostillar que el polémico Plan contemplaba asimismo recuperar la marisma «pero también pretendía construir un paseo o una rotonda cerca». Hoy en día esos terrenos se emplean de pasto para el ganado.

Mientras aguardan el plácet de Costas, continúa el cronograma que han ido trazando. Así, en otoño, tienen previsto empezar a recuperar el bosque de ribera. Asimismo, el Consistorio se ha dirigido a la Diputación para que instale paneles acústicos que disminuyan el ruido que genera el tráfico de vehículos por la variante.

Reformular un proyecto básico

A la hora de afrontar la regeneración no se partirá de cero, ya que existe un proyecto formulado en el anterior plan elaborado por EKOS Estudios Ambientales. «Tiene planteamientos interesantes», confiesan desde el Ayuntamiento, aunque aclaran que le ven dos deficiencias principalmente. «Una es que preveía hacer un paseo dentro de la marisma y una rotonda cerca. El segundo -señalan-, su alto coste, 400.000 euros para la recuperación de la marisma. Ese precio era consecuencia de la lógica con la que se quería actuar: que unas máquinas entrasen en Aieri y quitasen la tierra en el menor tiempo posible» para urbanizar y edificar.

Una vez consultados diferentes técnicos, han llegado a la conclusión de que se pueden rescatar algunas intervenciones, partiendo de que en esa tarea se puede contar con voluntariado, acometiéndola en diferentes fases, abriendo canales y dejando que las mareas actúen a la vez que se controla la evolución. Así, se reduce la inversión.

El proyecto ha sido expuesto a los diversos agentes implicados. Por ejemplo, Costas lo ve con buenos ojos, al igual que Eguzki, que ha avanzado que trabajará en la recuperación del bosque de ribera. Les queda negociar con la Diputación la instalación de los paneles en la variante y aguardan al programa de ayudas ``Ingurumena'', de Lakua, para ver si obtienen alguna financiación.

Los objetivos que persiguen en Aieri los tienen muy claros: «Mejorar las condiciones para que haya una mayor biodiversidad en la zona, crear zonas de paso para las diferentes especies, disminuir el impacto de las mareas y crecidas; es decir, que el Artibai tenga mayor espacio para desbordarse». Estiman que los tiempos de la recuperación los marcará la propia marisma. «Nuestra intención es empezar con las filtraciones y ver cómo va evolucionando. Viendo cuanto se han prolongado otros proyectos similares en otros pueblos, este podría durar entre 3 y 5 años», precisan a GARA.

No se quedará ahí la actuación, ya que en Kamiñazpi, un barrio densamente poblado, se quiere crear una pantalla natural a base de arbolado en ambas márgenes del Artibai que ayude a disminuir el ruido. En otoño comenzarán a plantar especies autóctonas con el objetivo de crear zonas de paso para los animales y también lugares de anidamiento.