LA CRISIS SE EXTIENDE
La subida del IVA golpea a funerarias y peluquerías
La subida del IVA supone un terremoto para los precios de prácticamente todo, salvo lo más básico. En un primer término, destaca que la cultura pasa de estar gravada en un 8% al 21%. Pero no es el único ámbito donde el IVA se dispara en 13 puntos. Por un lado, los gastos en torno a la muerte, que son ineludibles por ley, también en igual medida. Y lo mismo ocurre en las peluquerías, un sector con una tasa elevada de empleo femenino.
A. AGIRREZABAL, Aritz INTXUSTA
Las facturas cambiarán en setiembre con la subida del IVA. El Estado necesita pagar cada vez más para conseguir financiación y ha optado por subir los impuestos a toda la ciudadanía, sin importar la renta. Algunas materias subirán tres puntos (del 18% al 21%) pero hay sectores donde la subida se acentúa, porque pasan de entenderse como gastos básicos y se gravarán como artículos de lujo. Como tejido productivo, sobresale el golpe (el IVA sube 13 puntos) que sufrirán las peluquerías, un sector dominado por las micropymes y con una elevada tasa de empleo femenino. El IVA se dispara de igual forma en los servicios fúnebres, un gasto que atañe a todos los grupos sociales.
La subida del IVA en servicios funerarios complica de raíz el cálculo en los casos donde no existe un seguro específico. Los «servicios funerarios» tienen hoy día un IVA reducido, del 8%, pero este concepto muy amplio y que se define gracias al trabajo de las funerarias. La ley entiende que un servicio fúnebre es todo aquél que ofrece una funeraria. Es decir, si un particular compra una corona de rosas, la floristería le grava un 18% de IVA (que subirá al 21% en setiembre) y lo mismo ocurre con una lápida o un ataúd si se adquiere directamente al fabricante. «Si la funeraria actúa como intermediaria las empresas proveedoras le facturan al 8% y la funeraria factura también al 8% al cliente», explica Juan Carlos Blázquez, gerente de la funeraria Nuestra Señora de Begoña en Bilbo. Esto significa que este tipo de empresas no sólo ayudaban a gestionar todo lo necesario en caso de fallecimiento, sino que también conseguían que los diferentes servicios tuvieran un IVA reducido.
La subida deja, pues, en entredicho este papel de intermediador de la funeraria, aunque seguirá siendo imprescindible. La ley marca una serie de pautas ineludibles post fallecimiento: hay que esperar al menos 24 horas antes de enterrar un cuerpo, realizar una serie de papeleos, inhumar o incinerar el cuerpo... «Lo más básico sería lo que hacen los servicios de asistencia de los ayuntamientos: acondicionar el difunto y adquirir una caja, inhumarlo y realizar los papeleos», prosigue Blázquez. El coste final es demasiado variable para establecer una media, aunque un servicio estándar puede rondar los 2.000 euros, aunque depende también del herrialde. Javier Salgado, consejero delegado de Funerarias Vascongadas, detalla esa factura: «Un servicio funerario normal consistente en Arca, coche fúnebre, sudario, gastos personales, certificado médico, tanatorio, cremación y urna serían unos 1.650euros. Con el IVA al 8%, se queda en 1.782 euros. Al aplicar la modificación, sube a 1.996,50». Esto es lo mínimo, explica Salgado, es decir: «un servicio sin accesorios de esquelas, flores, etc... todo ello también llevaría un 21% de cuando hasta la fecha llevaba un 8%».
Poseer seguro que cubra los gastos que acarrea un fallecimiento es una costumbre muy extendida en Hegoalde. Por ejemplo, en Gipuzkoa lo tiene una de cada tres personas que mueren y esta tasa se eleva a uno de cada dos en el caso de Bizkaia. «Tenemos dos tipos de clientes: los que tienen seguro y los que no», continúa Blázquez. «Nosotros pactamos los precios con las aseguradoras para todo un año. Ahora habrá que negociar quién asumirá esta subida, si nosotros o los seguros, o lo hacemos a medias», afirma. Salgado confirma esta indefinición: «La decisión no está adoptada y la tendremos que estudiar atentamente, una subida del 13% hace peligrar todos los bolsillos, no solo el de nuestros clientes sino también los nuestros y los de nuestros proveedores, tenemos que valorar todas las alternativas posibles».
Las peluquerías temen por su viabilidad
La subida de los servicios funerarios afecta a todo el mundo, pero el aumento equivalente en peluquerías amenaza la viabilidad de un sector tradicionalmente caracterizado por emplear a mujeres y por su atomización en pequeñas empresas. «Nos quieren machacar». Mª José Lainez, dueña y única empleada de la peluquería Clash, en la calle Jarauta de Iruñea, tiene claro que su futuro pinta bastos con estas medidas. Un pequeño local como el suyo se verá perjudicado con la subida que se les aplicará en setiembre.
La situación, no demasiado boyante desde hace tiempo, se volverá todavía más crítica, explica Lainez. «Hay gente a la que ya no le llega para cortarse el pelo. Imagina después de esto», analiza la dueña del pequeño negocio. De la misma opinión es Eduardo Aristu, dueño de otra peluquería en la calle iruindarra Chapitela, que sostiene que «todo va a subir mucho y la gente no tiene».
Esta subida del IVA, parece que sí repercutirá directamente en el precio de un corte de pelo y cualquier otro servicio que puedan ofrecer. «Subiremos, si no el déficit sería insalvable», asegura Aristu. Del mismo modo, sabe que esta medida afectará a todos y por ello no aplicará un incremento del 13% en los precios: «Sé que la gente no se lo puede permitir, por lo que buscaremos algo intermedio». Aristu manifiesta que son los propios clientes quienes preguntan cuándo subirá los precios.
Todo ello supondrá que muchos busquen un servicio más económico o racionalicen el gasto. «Hay gente ya trabaja desde casa o en bajeras, así que después de esto su demanda crecerá», explica Lainez. «Nosotros pagamos un alquiler, facturas y licencias, a diferencia de los que trabajan desde su casa», prosigue. Los peluqueros coinciden en que semejante subida supone un aliciente para multiplicar el fraude fiscal, algo que no sólo afectará al sector de la peluquería, sino que ataca directamente a la propia decisión de subir las tasas, ya que un negocio en B no genera IVA, pero tampoco IRPF, ni paga a la seguridad social. Instalar una peluquería ilegal en el trastero o a domicilio no conlleva un gasto excesivo. El precio de una maquinilla oscila entre los 80 y 100 euros y una tijera cuesta desde 30 euros hasta los 150 que valen las tijeras de cobalto que utiliza Eduardo Aristu en su peluquería.
Pese a estos riesgos, no todo el gremio se muestra del todo opuestos a los cambios tributarios. José María Jurado, empleado de la peluquería Garciandía de la capital de Nafarroa, cree que «era necesario un incremento de los impuestos». Aun así, reconoce que la subida «no debía haberse producido tan drásticamente». Pese a no ser el dueño del negocio, entiende que «tras dos años sin tocar precios, ahora habrá que hacerlo». Jurado opina también que la medida producirán más dinero B, al igual que los demás..
En el establecimiento Garciandía se encuentra Mikel, un cliente habitual, que entiende que el negocio deberá tomar medidas: «Todo sube y no es culpa suya. ¿Qué van a hacer?». Esta idea se extiende a otras peluquerías. «Todo sube... a excepción del salario de los trabajadores», completa un cliente que se corta el pelo en la peluquería Clash. «Todo es más caro y cada vez tenemos menos para gastar. No es que volvamos al principio, sino que con estas medidas estamos peor que antes», sostiene.
A la espera de que la medida se aplique, la idea más extendida en las peluquerías es que clientes con menos dinero van a pagar más por el mismo servicio, al tiempo que el trabajador y el dueño, pese a facturar más alto, ganarán menos.
Los artículos, que «por sus características, solo puedan utilizarse como material escolar», pasarán de tener un IVA del 4% a un 17% a partir del 1 de setiembre. La nueva subida de impuestos afectará de pleno a la educación. Hasta ahora, al material imprescindible como un cuaderno, agenda, un lápiz o el material utilizado para manualidades se les aplicaba el impuesto superreducido, pero tras la reforma del PP, pasarán al régimen general. Por lo tanto, preparar la cesta de la compra del nuevo curso escolar en agosto saldrá más barato que hacerlo en setiembre. El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, por su parte, señaló que no subirá el material escolar, solamente «otro tipo de material difícilmente clasificable como escolar como un cuaderno para escribir».