«¡Que tú eres el amo para bogar!», historias del remo
Ya estamos en pleno verano y la Liga de traineras, con ocho banderas disputadas, se acerca a su ecuador. Son cientos los aficionados que, como otros con las fiestas patronales, organizan parte de su verano acompañando a su trainera.
Alvaro HILARIO
Son las nueve y media de una mañana de domingo. La plaza del Kasko -centro neurálgico de Sestao- estaría desierta si no fuese por el trasiego de un centenar de personas vestidas con camisetas verde y negras: son los aficionados al remo, los seguidores de Kaiku, en busca de los autobuses que los lleven hasta Pasaia, a San Pedro, donde se disputa la II Bandera de la Autoridad Portuaria de Pasaia. La mañana es agradable: las brumas matinales van levantando impulsadas por un fresco viento del norte; se adivina un día soleado. Hay que aprovechar, disfrutar el día.
Sestao, 3,5 km2 de territorio enclavados en un promontorio desde donde se divisa el estuario del Ibaizabal, la Ría, el Abra.
La localidad ha pasado de los 42.905 habitantes de 1978 a los 29.500 actuales. Su 22% de tasa de desempleo la pone a la cabeza de todos los municipios vascos. De las canciones populares, de las bilbainadas, ya solo parece quedar la SDR Kaiku y su legendaria trainera, la «Bizkaitarra». Los hornos de Barakaldo ya no alumbran más.
Para mucha gente, el imaginario de Bizkaia se compone de estampas costeras, de desafiantes peñas calizas. Para otros, sin embargo, el territorio estaría huérfano de referencias sentimentales sin los colores verde y negro.
El remo de Bizkaia ha estado, tradicionalmente, centrado en la Ría y en los clubes de localidades ribereñas. Las crónicas de fines del siglo XIX nos hablan de las proezas de Zierbena, Portugalete, Santurtzi o Algorta. Ondarroa era la excepción a la regla. Los años 20 del siglo pasado son testigo de la fundación (o institucionalización) de los clubes de remo.
Años después, en los 80, la tremenda competencia entre la Sotera y la Bizkaitarra por la supremacía en aguas del golfo de Bizkaia decantaría las devociones de muchos amantes del remo; algo parecido a lo que sucedía entre los partidarios de Marino Lejarreta y Julian Gorospe.
«Yo tengo 48 años, soy de Forua y siempre he sido seguidor de Kaiku», nos dice Jon. «Mi padre me decía que era la trainera de Bizkaia y, en fin, hay que tener en cuenta que la pelea de los 8o me pilló cuando era adolescente, una edad para vivir estas cosas de deporte y afición con mucha intensidad. Está muy bien que Urdaibai esté ahí arriba, me alegra, pero yo soy de la `Bizkaitarra'».
Estamos ya dentro del autobús, camino de Pasaia. Es un micro con capacidad para 25 personas: «Depende del día -si es sábado o domingo, laboral o no- o de la regata de que se trate. Unas veces alquilamos este tipo de autobús y otras el grande», explica Germán. El alquiler de los vehículos oscila entre los 350 y los 450 euros, según sean de 25 o de 45 plazas. «El precio va en consonancia con los kilómetros y las horas que estemos fuera, pero como acostumbramos a ir a regatas desde Castro a Donostia o Pasaia nos suele salir, casi siempre, la misma cantidad».
No hay polémica dentro del autobús: más allá de la pasión que cada cual pueda tener por el remo, la Liga de traineras es una excusa perfecta para salir de casa los fines de semana: «Hay quien prefiere las regatas de la Ría y quien las de la costa, pero todos coincidimos en que, las más de las veces, esto es una excusa para estar juntos, ir de fiesta y visitar otros pueblos. Hay muchas veces que aprovechamos, como en las regatas de Zarautz, y nos vamos a comer a alguna sidrería», nos cuenta Irantzu.
Kaska es de una familia que vive el remo con intensidad: «En mi familia mi madre es de la Sotera, mi tío es «galipo» -de Zierbena- y mi hermana y yo de Kaiku. A todos nos gusta ir a las regatas de la Concha y a los campeonatos, pero a mí las regatas que más me gustan son las de la Ría, las que se hacen en Portugalete. Por un lado, es un campo de regateo que, desde el Campo de la Iglesia, por ejemplo, se ve entero. Por otra parte, este año han subido a primera los `jarrilleros' y los `galipos': me gusta que haya competencia entre los clubes de la Ría y de Bizkaia en general; que las banderas estén disputadas y no gane siempre Kaiku. Por eso, en estas condiciones, se vive en Portugalete un ambiente especial, con todas las aficiones conviviendo por Coscojales, Santa María, el muelle».
Este año ya han estado en unas cuantas banderas: Zierbena, Portugalete, Astillero y, hoy, Pasaia. Todos los desplazamientos han sido por carretera: «El año pasado hubo dos o tres a las que fuimos en la embarcación de unos amigos, hinchas de la `Tomatera' de Deusto», dice Irantzu. «Estuvimos en las de Algorta y en otras dos que se hicieron en la Ría». Parece que estas dieron un buen número de anécdotas: «La embarcación, el `Gorapilo', tiene unos cuatro metros de eslora así que íbamos poca gente, seis como mucho. En una de las regatas pedimos permiso a los jueces para atravesar el campo de regateo para ir hasta las balizas de fuera, para ver la ciaboga del Abra. Los jueces nos dijeron que sí, que teníamos tiempo y que podíamos cruzar, a toda máquina y sin pararnos. Pero, ya se sabe, hay más papista que el Papa y nos increpó la afición de Castro -que estaban junto al Puente Colgante, en el lado de Getxo- e, incluso, los remeros de Pedereña que estaban ya, ellos solos, agarrados a la estacha».
Termina la regata: la potencia de la Ama Guadalupekoa es incontestable; hay que conformarse con la bandera del día anterior. «La Liga de este año está muy competida; eso está bien, vemos muy lindos espectáculos. Ahora, iremos a tomar unos potes y a comer», se despide Germán.
La tradición e idiosincrasia del remo en Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi son diferentes. Mientras en Gipuzkoa los clubes se ubican en localidades de tradición marinera o pesquera, en Bizkaia ha sido la Ría la zona donde se han concentrado, históricamente, las embarcaciones más fuertes. Tras las pugnas de fines del XIX, protagonizadas por Santurtzi, Zierbena y Ondarroa, aparece Kaiku como club en 1923.
La peculiaridad de este club viene de nacer en un entorno obrero y con vocación de representar a toda Bizkaia, como señalan los nombres de sus traineras: «Juanita», «Kaikutarra», «Bilbotarra», «Bizkaiko Ama», «Cincuentenaria» y «Bizkaitarra». Esta tendencia se acrecienta en los 70 y 80, cuando Santurtzi y Kaiku peleaban por la supremacía en el golfo de Bizkaia. En adelante, después de aquel plante y aquellas sanciones a Txirri y Korta, serían Zierbena y Ondarroa los representantes de la provincia y, ya en los 90, el mando pasaría a Urdaibai, la gran dominadora de la Liga de traineras, de la ACT.
La situación ya no es la de antaño; la competencia y la pasión van por barrios, redundando en la renovada competitividad del remo del territorio. Así, Zierbena y Portugalete han vuelto a la máxima categoría, mientras Deusto y Elantxobe bogan en la segunda división, la ARC, con remeros de casa. Tampoco podemos olvidarnos de Isuntza, Ondarroa -de inestable trayectoria tras su reaparición en los 70- . Arkote, Getxo, Raspas y Mundaka, por su parte, siguen trabajando para reverdecer laureles no tan lejanos en el tiempo. La competencia está servida y el espectáculo de las aficiones, también.
A.H.