Un soldado de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) resultó muerto en un ataque talibán y otros dos fallecieron tras la detonación de un artefacto explosivo en el este de Afganistán.

El ataque insurgente se produjo el sábado y la explosión ayer, y aunque la ISAF señaló que ambos incidentes se habían producido en las provincias orientales afganas, no precisó los lugares exactos. La OTAN tampoco especificó la nacionalidad de los soldados fallecidos.

La mayoría de las víctimas de la ISAF se registran en el arco suroriental afgano, fronterizo con Pakistán, donde predomina la etnia pastún, de la que proceden tradicionalmente los insurgentes talibanes.

Desde el inicio de 2012, unos 247 soldados de las tropas invasoras han fallecido, según datos del portal independiente icasualties.org, que contabiliza en torno a 3.094 los militares extranjeros muertos desde la caída del régimen talibán en diciembre de 2001.

Cadáveres con explosivos

Además, los cadáveres de cinco trabajadores civiles afganos de la OTAN, secuestrados el sábado por la noche por los talibanes, fueron encontrados ayer, con signos de violencia y disparos, en el distrito de Jalrez, en la provincia de Warkak, en el centro del país. Un sexto secuestrado resultó ileso tras lograr huir durante la noche.

Los cadáveres fueron hallados con explosivos alrededor de sus cuerpos.

Según el portavoz del gobernador provincial, Sahedullah Shahed, los seis cviles afganos, empleados en una base militar de Warkak, t¡se dirigían a sus lugares de origen para disfrutar de un período vacacional cuando fueron secuestrados.