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Rohitha Bashana Abyewardena | PERIODISTA Y ACTIVISTA CINGALÉS

«La sociedad cingalesa debe romper su relación con un Estado criminal»

Al periodista y activista político cingalés Rohitha Bashana Abyewardena su actividad de apoyo a la causa de la minoría étnica tamil y la defensa de su derecho a la autodeterminación le han obligado a abandonar su país, Sri Lanka, y vivir exiliado en Alemania.

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Iñaki IRIGOIEN |

La rotunda negativa del Estado de Sri Lanka a considerar las aspiraciones de la minoría tamil conllevó un conflicto armado del cual la prensa internacional ha vendido la idea de una guerra interétnica en la que las potencias extranjeras no tenían mayor interés más allá de querer evitar un baño de sangre. Pero el contacto directo con aquellos que han sufrido las conse- cuencias del conflicto explica «cómo el Estado de Sri Lanka recibió el apoyo simultáneo de India, China, Pakistán, EEUU, Irán e Israel, cómo es posible que un Estado que durante décadas no ha podido imponerse militarmente y que carece de recursos, consiga en el plazo de tres años armarse con el equipamiento más sofisticado y se imponga militarmente o cómo es posible que los medios no se hicieran eco de la muerte de 146.000 personas entre enero y mayo del 2009». «En el mundo hay siete grandes rutas de comunicación marítima y Sri Lanka se encuentra en el paso de cuatro de ellas... Todas las potencias extranjeras estaban tratando de garantizar su posición de fuerza en el área frente a las otras», dice Rohitha Bashana Abyewardena, periodista y activista político cingalés que ha pagado con el exilio su apoyo a los tamiles.

¿Cuál es la posición de los medios cingaleses con respecto al tema tamil?

Son en general reaccionarios, totalmente contrarios a los tamiles y a cualquier solución de carácter político, muy de derechas. Yo he estado trabajando durante años como periodista y para mí los medios de comunicación son uno de los principales obstáculos, quizá no para que se llegue a una solución política, pero sí para que, por lo menos, se entiendan los sentimientos humanos más básicos de la comunidad vecina, de la nación tamil. Y eso no ha sido posible porque los medios cingaleses tienen una política de no reflejar en ningún momento la imagen del colectivo tamil. Por ello, la comunidad cingalesa en cierta manera es una sociedad cautiva desde el punto de vista de la información. Ya que es constantemente filtrada de manera que solo cierta información llega a la comunidad cingalesa y ese es uno de los mayores obstáculos para llegar a un entendimiento entre las comunidades.

¿Cuál es la realidad política dentro de la comunidad cingalesa?

La realidad es que no existe una división ideológica, la división es en base a quién se atribuye la victoria en la guerra contra los tamiles, el presidente o el Ejército. No existe una opción de votar por un partido que exprese una opinión diferente a la militarización, los dos partidos principales representaban la misma opción, las voces de la izquierda que expresan una opción contraria son prácticamente inexistentes. Los tamiles han sufrido una derrota física, han sido derrotados militarmente y el ataque contra el pueblo tamil continúa. Pero el problema de la sociedad cingalesa es que no es consciente del nivel de destrucción que han sufrido como consecuencia de la guerra, ya que no es algo físico, es moral y político. Carecen de espacios para expresar opiniones alternativas de una forma democrática, y ni siquiera se dan cuenta de que carecen de esas opciones.

En ese sentido, se encuentran en una situación más desesperada, ya que los tamiles son conscientes de su derrota física y pueden resistir y luchar por sus derechos, pero los cingaleses no, porque se han convertido en prisioneros de las políticas reaccionarias dentro de su propia comunidad. La comunidad cingalesa está unida a un Estado con el que ha colaborado, incluso si fue de forma pasiva, en el exterminio de decenas de miles de tamiles y su justificación.

Los cingaleses en cierta forma son más esclavos porque desconocen que lo son. Los tamiles son conscientes de que el Estado trata de hacerles esclavos, los cingaleses no y, por ello, corren el riesgo de permanecer como esclavos para siempre.

¿Cómo ve su futuro?

La sociedad cingalesa debe cambiar, romper su relación con un estado criminal y ver el tema tamil desde el punto de vista de un pueblo oprimido, entonces se podrá producir el cambio, pero ahora la verdad es que soy bastante pesimista. La realidad política de la sociedad cingalesa está definida por el Estado, cuáles son los temas que se permite debatir y cuáles no. Mientras la sociedad cingalesa acepte esas condiciones sin tratar de rebatirlas, seguirán siendo prisioneros. Nunca se dará el cambio mientras no encuentren una forma de romper su relación con su propio Estado opresor.

¿Considera necesaria una nueva fuerza política?

En cierta forma soy optimista ya que alguien como yo, que lleva siete años fuera del país, todavía es capaz de ejercer cierta influencia en la política local. El Estado continúa atacando a los activistas cingaleses que seguimos trabajando por el diálogo desde el extranjero, porque son conscientes de que nuestro trabajo influye en la sociedad cingalesa. Eso quiere decir que existe el potencial para que se organice un sector de la sociedad cingalesa.

 

 

cautivos

«Los cingaleses se han convertido en prisioneros de las políticas reaccionarias dentro de su propia comunidad. Carecen de espacios para expresar opiniones alternativas de forma democrática»

uniformidad

«No existe una división ideológica en Sri Lanka. La división es en base a quién se atribuye la victoria contra los tamiles, el presidente o el Ejército. No hay una opción que exprese una opinión diferente a la militarización.»

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