José l. vélez, gotzon almaraz, JUAN D.REVUELTAS | PORTAVOCES DEL COMITé DE FORMICA
«No solo es Formica, se quieren llevar la industria de aquí»
La dirección de Formica Group de Europa comunicó al comité de la planta de Galdakao que en setiembre tiene intención de iniciar el expediente de cierre de la planta. El comité (5 de ELA, 3 de LAB y 1 de CCOO) y los trabajadores se niegan a aceptar el cierre, porque son competitivos y tiene futuro.
Juanjo BASTERRA |
José Luis Vélez (ELA), Gotzon Almaraz (LAB) y Juan Diego Revueltas (CCOO) del comité de Galdakao, señalaron que la decisión del cierre les llegó de Formica Europa, a través de su presidente, Richard Pollington, quien comunicó por escrito, antes de jubilarse, el traslado de la producción a Valencia, aunque todavía no se ha puesto sobre la mesa ningún expediente. Cuantificaron el coste del cierre en 16,5 millones.
Formica pertenece a la empresa Fletcher Building, de Nueva Zelanda, desde el año 2007. El comité no entiende la decisión, que Pollington justifica en la caída de ventas, pero rechaza esa decisión porque «nuestro ritmo de producción no ha caído en ningún momento y trabajamos bien, con calidad extrema». Insistieron en que «trabajamos para siete mercados», dijo Juan Diego Revueltas, quien añadió que «fabricamos igual que hace tres años, en torno a medio millón de metros mensuales».
Muestran su sorpresa, aunque entienden la decisión por una inquina personal de algún directivo de la empresa, puesto que «en Galdakao hacemos la competencia a la planta inglesa y eso lo tiene cruzado desde hace tiempo».
En la misiva de Pollington admitió que «la fabricación y creatividad de Bilbao han influenciado muchas de las unidades de negocio del grupo Formica a nivel global, así como la industria en general» y añadió que «ha funcionado con éxito en los últimos 66 años».
Punta de lanza
Se espera que la fabricación deje de operar antes de finales de este año. Los tres sindicalistas recordaron que «no hemos tenido ningún expediente. Hemos estado en beneficios y si se da paso a este cierre abren la puerta para que otras multinacionales utilicen la misma vía», dijeron. En sus encuentros con la Administración pública, «ésta se da cuenta de lo que está pasando», dijo José Luis Vélez (ELA). Por lo que Gotzon Almaraz (LAB) destacó que «si se va de esta manera, sin mas, Bridgestone, Michelin y otras multinacionales podrían cerrar, porque tienen expedientes. Creo que somos la punta de lanza de la nueva reforma laboral. Nos ha tocado, y tenemos que pelear porque todas las demás empresas van detrás. Es mucho más que los puestos de Formica. Nos jugamos más: la desertización de Euskal Herria. Se quieren llevar la industria de aquí». Por eso, aseguraron que se encuentran «alerta» para ver «qué movimientos realiza Formica».
Admiten que sobre el futuro de la planta de Formica «cuelga la espada de Damocles». Tras un impacto inicial negativo, Vélez indicó que «estamos más tranquilos», porque tanto el Ayuntamiento vizcaino, como la Diputación y el Departamento de Industria del Gobierno de Gasteiz «nos apoyan. Apuestan porque el centro neurálgico de Formica se sitúe aquí», indicaron los tres.
En la comparativa que les remitieron sobre la planta de Valencia y Galdakao, los representantes del comité afirman que «interpretan los datos a su antojo» para llegar a la conclusión de que «el cierre debe ser el nuestro». Llama la atención, a juicio de Juan Diego Revueltas, que «otra justificación del cierre se encuentra por el riesgo a la salud y la seguridad ambiental que mejoraría por la planta de resinas, que durante 66 años no ha sido ningún problema». Gotzon Almaraz añadió que «en la negociación del convenio trataron de quitar el servicio médico de 24 horas, con lo cual la salud de los trabajadores les importa un comino».
«Ingeniería fiscal»
En junio, Formica Europa lleva ganados 2,4 millones, pero no ofrecen datos consolidados, «después de mandar a casa a 50 trabajadores de Galdakao, los de más antigüedad y más salarios. Nos presentaron los datos de IVA para decirnos que van en pérdidas. Quieren reclamar a la Hacienda vizcaina más de 400.000 euros y a la estatal más de 300.000 euros». Por eso, Vélez explicó que «en este grupo nos movemos entre intercompañías, por lo que a nosotros nos dejan lo negativo y a otros lo positivo», enfatizó. Es decir, «se exportan a ellos mismos, se lo venden a 105 o 110 y al cliente, que nos han quitado, a 140. Aquí quedan los costes salariales, la energía, etc», afirmaron al unísono los tres.
Vélez aseguró que «el 16 de julio han registrado una ampliación de capital, que se hizo a final del mes pasado, para que los 54 millones de euros que nos daba la compañía para seguir tirando, pasen a las cuentas en positivo. Ha ido al capital». El motivo es evitar que haya una actuación concursal, para que «nadie pueda investigar las cuentas de esa ingeniería».
Además de los 208 trabajadores afectados, hay alrededor de una veintena que realiza trabajos indirectos, y una empresa de Zeberio que hace los palés, Maderas Orue, realizó una inversión fuerte y contrató gente para atender nuestros pedidos exclusivos. «Se van a quedar a verlas venir», dijo Almaraz.
Formica realizó el año pasado una inversión de más de un millón y medio de euros en las «máquinas de laminado más modernas». Gotzon Almaraz asegura que «te dicen que hay trabajo, por eso se hace esa inversión y al de un mes resulta que esta planta sobra».
Un cliente surafricano con un pedido muy importante se ha suministrado desde Galdakao. «Servíamos a muchos mercados, pero nos los han quitado», indicó Almaraz. Muchos clientes «tienen preferencia por nuestro trabajo». Hay un cliente español «Top Form» que trabaja con nosotros y «le hemos conseguido el color rojo que pedía. Es nuestro, propio».
El comité afirma que está dispuesto a negociar en el ámbito del convenio, que deben renovar, con medidas que no afecten a despidos de la plantilla.
«Tenemos que resistir y luchar como quieran seguir así. Nos jugamos más: la desertización de Euskal Herria. Se quieren llevar la industria de aquí»