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Natación | Primera jornada en el Centro Acuático

Phelps quiere irse de Londres con otro récord

El deportista más laureado quiere poner el medallero a un nivel inalcanzable en su despedida y como Lochte participará en siete pruebas. Ambos protagonizarán hoy el primer duelo en los 400 metros estilos.

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Miren SÁENZ

Cada cuatro años, durante la primera semana de los Juegos Olímpicos, la natación asoma la cabeza en los horarios de máxima audiencia buscando la porción de protagonismo de la que carece el resto del tiempo. La presencia de algunos nadadores en el escenario acuático será considerable, teniendo en cuenta que algunos están inscritos en siete pruebas. Ellos consiguen que parezca fácil pero el desgaste es brutal. 

La piscina vuelve a tener el mismo rostro de Beijing, el de Michael Phelps, que abandonó el espectacular Cubo de Agua convertido en el deportista más laureado de la historia. Los ocho oros conseguidos en la capital china, sumados a los seis cosechados en Atenas´2004, le situaron en un escalón al que no había llegado nadie. Y en ese afán tan ligado al deporte profesional de metas y hazañas ha terminado por sucumbir a la tentación de convertirse también en el más premiado del olimpismo.

Para ello deberá de superar el récord de 18 metales de la gimnasta ucraniana Larisa Latynina -nueve oros, cinco platas y cuatro bronces entre 1956 y 1964- del que el estadounidense no está tan lejos puesto que suma 16 preseas con los 2 bronces logrados hace ocho años en la capital griega. Ese es el reto para los cuartos y en principio últimos Juegos de su carrera, que descubrió hace 12 años cuando acudió a Sydney con 15 como el más joven de un equipo estadounidense en el que ahora es uno de los veteranos, aunque sin terminar de asumir el papel de patriarca.

No tiene tiempo. Aunque haya rebajado sus pretensiones renunciando a los 200 metros libre, su programa sigue siendo muy exigente para un nadador más mayor -ahora tiene 27 años- que podría llegar a correr hasta 18 carreras en una semana intensa en la que afrontará cuatro pruebas individuales, concretamente los 100 y 200 mariposa y los 200 y 400 estilos, y previsiblemente los tres relevos: 4x100 libre, 4x100 estilos y 4x200 libre. En caso de ganar en cualquiera de las carreras individuales se convertiría en el primer nadador que logra el oro en la misma disciplina en tres Juegos consecutivos. 

Esta semana comprobaremos si Phelps es capaz, aunque esto no es Beijing. Aquello, como apunta su compañera de equipo la espaldista Natalie Coughlin,  fue algo genial, único, «de locos». El propio Phelps lo ha reconocido en sus comparecencias previas, está más relajado. Pero eso sí, ha insistido en que todavía tiene metas, algo evidente, y en que quiere divertirse. Ha seguido las directrices de Bob Bowman, el entrenador que ha dirigido sus pasos desde que era un crío hiperactivo. 

Visto el calendario le aconsejó tachar de su agenda los 200 libre, cuya final coincidía con las series de los 200 mariposa y sobre todo con las semifinales de esta prueba, para suavizar en lo posible un recorrido que comienza fuerte. Y es que esta misma noche nadará los 400 metros estilos que hace un año en el Mundial de Shanghai pretendió abandonar. Reculó y hoy se enfrentará a su compatriota Ryan Lochte, convertido en su principal rival tanto en los 200 como en los 400 estilos, que brilló más que Phelps en el último campeonato del mundo

El enemigo es un amigo

Si no fuera porque el neoyorkino tiene callo y sentido del humor parecería estar algo harto de las constantes comparaciones con Phelps. Lochte, que también disputará siete pruebas, tiene que explicar que él nada porque le gusta y no por superar a su afamado compatriota cuya rivalidad se limita a la piscina. «Soy amigo de todo el mundo. Michael es un rival, pero tenemos una gran amistad que espero que siga después de la próxima semana y dure mucho», manifestó la víspera de la ceremonia de inauguración. 

Otro de sus rivales no fue tan condescendiente. Miroslav Cavic recordó la apretada final de 100 mariposa en la capital china en la que una centésima permitió al estadounidense culminar su hazaña. El serbio aseguró que «una compañía que rige nuestro deporte, no puede tener intereses creados con un atleta. Espero que este sea un factor que un día quede eliminado de nuestro deporte» en alusión a Omega, que cronometra las competiciones y patrocina al multicampeón de Baltimore. 

En las distancias cortas las posibilidades son variopintas. El joven australiano James Magnussen se perfila como el gran favorito en los 100 metros, la prueba reina. Sus tiempos, por debajo de los 48 segundos, no se veían desde que se prohibieron los bañadores integrales, aquel 1 de enero de 2010 tras un 2009 de empacho de plusmarcas.

El brasileño César Cielo estará en la pelea, como también en la de 50, a la que vuelve Anthony Ervin. Doce años después del oro compartido ex aequo en Sydney con el inefable Gary Hall, que comparecía en la pileta como en el ring, el primer nadador afroamericano en proclamarse campeón olímpico está de vuelta entre los mejores.

En las distancias largas hay que mirar a Asia, sobre todo al chino Sun Yang, flamante récord mundial de 1.500 metros ante sus compatriotas en la clausura de su Mundial y al surcoreano Park Tae-hwan. El japonés Kosuke Kitajima también busca su tercer título olímpico en los 200 braza, si hoy falla Phelps el honor será mañana para él.

Con tanto fenómeno quizás alguno logre cambiar esas marcas conseguidas con los bañadores milagro. Teniendo en cuenta lo que están durando, habrá que reconocer su influencia.

¿eL PRIMERO?

Si Phelps gana esta tarde los exigentes 400 metros estilos se convertirá en el primer nadador en subir a lo más alto del podio olímpico tres veces consecutivas en una prueba individual. Si falla, el japonés Kosuke Kitajima lo intentará mañana en los 200 metros braza.

La polifacética «Missy» Franklin apunta alto

Las apuestas múltiples también son cosa de mujeres. Y en esto la más lanzada es Melissa Franklin, que con solo 17 años, si no hay cambios de última hora, se va a convertir en la primera nadadora estadounidense que se alinea en siete pruebas. Missy debuta en unos Juegos Olímpicos con la mejor carta de presentación, la que da el crono, al encabezar los rankings mundiales en 100 (58.85) y 200 metros espalda (2.06:12). Sin mostrar el menor síntoma de presión apunta alto.

Si demuestra la mitad de entusiasmo que el que derrochó hace un año durante el Mundial de Shanghai, la nadadora de Colorado habrá conseguido uno de sus objetivos: divertirse. El otro, las medallas, también son probables para esta estudiante de secundaria apodada Misil por su propio padre, el mismo que ha rechazado jugosas ofertas económicas mientras espera que su hija se curta en un equipo universitario. Alta (1,86 metros) y portentosa, la campeona mundial de 200 espalda pretende demostrar su talento también en los 200 y 400 metros libre, donde le espera Federica Pellegrini, la recordwoman en ambas distancias y la mejor nadadora de Italia, donde ejerce de modelo. Pellegrini defenderá su título en la distancia más corta ante la estadounidense Allison Schmidt y la francesa Camille Muffat. 

También Mirella Belmonte tendrá una semana ajetreada. La catalana, a diferencia de la estadounidense, trabajará íntegramente a nivel individual si finalmente disputa las seis pruebas en las que ha logrado plaza. Dependerá de cómo le vaya. Competirá en los 200, 400 y 800 metros libre, además de en los 200 y 400 estilos y los 200 mariposa. La nadadora de Badalona (Barcelona) no consigue estar a la altura de las expectativas en las grandes competiciones. Brilló en el Mundial de Dubai, y este era en piscina de 25 metros, dos años después de fracasar en Beijing. Esta vez en ninguna de las pruebas figura en los primeros puestos del ranking. Llega con la quinta mejor marca en los 200 estilos, con 2.10:53, por 2.09:38 de la campeona en la pileta china, la australiana Stephanie Rice. Pero como es imprevisible, quizás esta vez pueda estar rondando sus marcas. 

Es duda de última hora Therese Alshammar. La sueca sufre un problema muscular del que espera recuperarse para el 1 de agosto cuando se disputan las series de los 100 metros libres. Para la campeona mundial de 50, serán sus quintos Juegos con 34 años. M.S.

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