En tan solo ocho segundos de discurso, en los que aseguró que el BCE hará todo lo posible para salvar al euro, el presidente de la entidad monetaria, Mario Draghi, consiguió el jueves activar la confianza en los mercados. Veinticuatro horas después, en Donostia, José Manuel González-Páramo, exmiembro del comité ejecutivo del BCE, reafirmaba las palabras de Draghi, si bien hizo especial hincapié en que la estabilidad de la moneda única depende de que los gobiernos europeos cumplan con sus compromisos.

González-Páramo acudió a la capital guipuzcoana al acto de clausura de uno de los cursos de verano de la UPV-EHU. En referencia a las palabras de Draghi, aseguró que «reafirman el compromiso del BCE en la estabilidad del euro». En una momento de desconfianza generalizada, estas afirmaciones contribuyeron a calmar las aguas.

Concretó que la duda existente en algunos agentes del mercado radica en la estabilidad del euro como fórmula a largo plazo, es decir, «que el euro es una moneda no del todo funcional comparada con el dólar». Así, insistió en que los gobiernos deben actuar y cumplir sus «compromisos», en referencia al déficit y las reformas.

Sobre las teorías que apuntan al fin de la moneda única, lo descartó rotundamente: «No es posible desmontar el euro como si fuera un puzzle». Argumentó que después de una primera salida, habría una siguiente, algo que a su entender carece de sentido puesto que el euro «es la visión política de europa proyectada hacia el futuro».

«España se ha pasado»

Preguntado sobre por qué no fluye el crédito hacia las empresas, en una coyuntura en la que les es imprescindible para reactivar la economía, respondió con claridad: «Los bancos tiene que repagar el exceso de deuda que tienen». Siendo esta la máxima prioridad de las entidades, no dejó lugar a duda al asegurar que en los próximos meses, incluso años, no crecerá el crédito neto. «Una economía puede permitirse el nivel de deuda que le da su crecimiento y su demografía, y parece que España se ha pasado varios múltiplos».

El panorama dibujado no es muy alentador: el crédito no fluirá a familias y empresas pero seguirán acometiéndose reformas. «Seguiremos viendo cifras negativas», sentenció.