Unicef expresó su más enérgico rechazo a la escalada de violencia policial en Ngulumapu, territorio mapuche bajo administración de Chile (Araucanía, para las autoridades chilenas), al sur del país.

El lunes, tres personas, entre ellas una menor de 13 años, resultaron heridas por el impacto de perdigones disparados por los Carabineros, por lo que la Defensoría Penal Pública Mapuche interpuso una denuncia ante la Fiscalía Militar.

Los hechos ocurrieron cuando familiares de los 12 detenidos durante el desalojo de las dos haciendas que habían ocupado se trasladaron al Hospital de Collipulli para informarse sobre su estado. «Cuando se bajaron de sus vehículos, carabineros que estaban apostados en un bus empezaron a dispararles, por lo que entraron corriendo al hospital a refugiarse», relató Horacio Cheuquelaf, facilitador intercultural de la Defensoría Penal Pública Mapuche y testigo de lo ocurrido.

La abogada de este organismo, María Rosario Salamanca, precisó que los balines produjeron «lesiones a una niña de 13 años que en el glúteo y en la pantorrilla derecha. Un joven de 18 años recibió un perdigón en la sien, otro de 17, en el abdomen y mano derecha, y un tercero, de la misma edad, en ambos muslos».

Unicef condenó «todo acto de violencia que amenace o ponga en riesgo la estabilidad física o emocional de los niños y adolescentes y que les impida acceder a los servicios básicos para su bienestar e inclusión social».

Exigió también a las autoridades que aseguren el derecho a la eduación de los estudiantes de la escuela Millalevia de Chequenco, de la comuna de Ercilla, incendiada el 19 de julio. Las instalaciones quedaron completamente destrozadas.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, que se vio obligado a anunciar una investigación por las críticas de la oposición y de la Central Unitaria de Trabajadores, aseguró que respalda al «100%» a los Carabineros.