Samuel Hernanz se quedó, como su compañero Ander Elosegi, a las puertas del podio en la final de K-1 en aguas bravas, al acabar quinto, con lo que deja a Maialen Chourraut, que competirá hoy, como única baza para alcanzar un podio en piragüismo. El de Tarbes no pudo culminar con el refrendo de una medalla una buena competición en el Lee Valley White Water Center, y tuvo que conformarse con la quinta posición, una peor que Elosegi el martes en C-1.

Ambos estuvieron en la lucha por las medallas, pero no las alcanzaron. Hernanz, del Atlético San Sebastián, había sido segundo en las series clasificatorias tras el alemán Hannes Aigner y en la semifinal, disputada ayer mismo, fue cuarto con 97.18 en una ronda ganada por el esloveno Peter Kauzer.

Luego, en la final, no pudo ni siquiera mantener dicha posición pese a su buen tramo intermedio, porque en las últimas puertas perdió su ventaja y su opción de gloria, y de nada le valió rebajar su tiempo de la semifinal para terminar quinto con un crono de 96.95.

Hernanz, de 26 años, había logrado la medalla de plata en los Europeos 2011 en la Seu d'Urgell y fue cuarto en la prueba de la Copa del Mundo el pasado año en esa misma localidad y también en Leipzig.

En el Lee Valley White Water Center tuvo que ceder ante el poderío de sus rivales al acusar, como luego reconoció el propio palista, el cansancio en el último tramo. Cuando llegó a la meta era ya tercero y quedaban por salir los tres mejores de la semifinal. Solo falló el que parecía más fuerte, el bicampeón mundial esloveno Peter Kauzer, que no pudo alcanzar su sueño olímpico esta vez al cometer numerosos errores.

Por tanto, el italiano Daniele Molmenti, campeón de Europa en 2009, 2011 y 2012, y también campeón mundial este año, se coronó con el oro olímpico para devolver a su país al podio en esta prueba, algo que no lograba desde el bronce de Pierpaolo Fernazzi en Sidney'2000.

Molmenti, tercero en la semifinal, hizo una bajada primorosa en la final, todo un espectáculo de fuerza y precisión para pasar las puertas en un trazado tan exigente y, tras haber sido décimo en Beijing, su labor le reportó el oro con un crono de 93.43, con lo que relevó en el palmarés al alemán Alexander Grimm, ausente en estos Juegos.

La plata fue para el checo Vavrinec Hradilek, que se había clasificado con apuros, con 94.78, tras otro descenso magnífico, y el podio lo cerró Aigner con 94.92. El polaco Mateusz Polaczyk, segundo en la semifinal, cayó al cuarto puesto con un tiempo de 96.14, y el togolés Benjamin Boukpeti, bronce en Beijing'2008, se tuvo que conformar con el décimo y último puesto en la final tras un festival de despropósitos.

En todo caso, Hernanz se va conforme con su trabajo porque está «entre los cinco mejores. Ha sido una temporada un poco difícil, pero se ha hecho el trabajo que tocaba y ahora habrá que mejora», dijo en la zona mixta.

Bien pese a los nervios

«También he acusado los nervios», apuntó sincero Hernanz. «Estaba muy nervioso, pero por lo menos lo he pasado muy bien. Había un ambiente increíble. Nosotros no estamos acostumbrados a bajar ante 12.000 personas. Se oía todo ahí arriba. Estoy muy contento por haber vivido esta experiencia», dijo.

Hoy será el día de Maialen Chourraut. La lasartearra afrontará la semifinal, a la que llega con el mejor tiempo de las series, y si la supera se meterá en la final. La guipuzcoana, que ha cuajado una temporada espectacular en la Copa del Mundo, presentó sus credenciales como una de las grandes favoritas a subir al podio, pero deberá ratificarlo esta tarde en el exigente canal del eslalon.