La organización que supervisa la sostenibilidad de los Juegos se quejó de la falta de agua potable en el Parque Olímpico a disposición de los visitantes, a quienes se impone restricciones para llevar sus propias bebidas. Los espectadores tienen prohibido meter en el recinto olímpico más de 100 mililitros de líquido, por exigencias de seguridad, pero se les ofrece la posibilidad de llevar botellas vacías para llenarlas en el interior. Por ese motivo, se están creando largas filas en las escasas fuentes que suministran agua de forma gratuita. «Es triste que los organizadores hayan sido pillados en este descuido», declaró el presidente Shaun McCarthy.