Un equipo británico muy «posh» reabre el debate sobre las brechas sociales en el acceso al deporte
El vocablo «posh» es empleado para describir algo lujoso, aristocrático, glamuroso...vamos, lo que por estos lares sería pijo -Victoria Beckham es conocida como la Posh Spice-. La alta proporción de atletas británicos educados en escuelas privadas ha hecho muy posh al Team GB.
Béatrice DEBUT | AFP
El remo, la vela o la equitación son los deportes en los que Gran Bretaña está cimentando en gran medida su brillante posición en el medallero. Una gran noticia para los anfitriones que, no obstante, ha abierto un encendido debate sobre la brecha entre clases sociales en Inglaterra, debido a la alta proporción de atletas olímpicos británicos educados en elitistas escuelas privadas.
De todos los deportistas del «Team GB» -que incluye hasta a una nieta de la reina Isabel, Zara Phillips-, alrededor del 20% estudiaron en el elitista sistema paralelo de educación privada, sumamente caro, al que solo tiene acceso un 7% de la población.
«Hay mucho talento entre el 93% restante que debería ser reconocido y desarrollado», se lamenta el presidente del Comité Olímpico Británico, Colin Moynihan.
Moynihan pide una reforma total del deporte escolar, al estimar «inaceptable» que tantos atletas de alto nivel salgan de las famosas «public schools» que, a pesar de su nombre, son los centros privados.
Alan Bairner, especialista en Deporte y Sociología en la Universidad de Loughborough, explica este alto porcentaje de alumnos de la privada entre los deportistas de alto nivel por una combinación de factores. «En las escuelas privadas hay instalaciones excepcionales y entrenadores especializados», subraya. En la escuela pública, el deporte es enseñado a menudo por profesores voluntarios. Además, según él, su trabajo está en declive desde hace 30 o 40 años.
Varios colegios privados tienen además fama por su capacidad de formar atletas olímpicos, como Millfield School, en el suroeste de Inglaterra, entre cuyos exalumnos figura también el primer ministro David Cameron. Con 130 entrenadores, piscina olímpica y múltiples canchas deportivas utilizadas regularmente por equipos internacionales, este centro «produjo» a cinco de los deportistas que participan en estos Juegos de Londres. La todavía mayor proporción de alumnos del sistema privado en disciplinas «elitistas» como el remo, la vela y la equitación no se explica solo por el acceso a los equipamientos, sino también por la percepción que se tiene de estos deportes en los entornos menos favorecidos.
«Cuando uno reside en Birmingham -histórico bastión industrial del país- hay menos posibilidades de vivir cerca de un club de vela -señala Bairner-. Pero está también el hecho de que incluso si un deporte es totalmente accesible, algunos se van a autoexcluir diciendo `esto no es para mí'».
Imagen snob
Simon Dickie, responsable de los juniors en la Federación Británica de Remo, reconoce que su deporte padece el estigma de haber sido asociada desde hace tiempo a los colegios privados y las universidades más prestigiosas, una percepción reforzada por la regata anual entre Oxford y Cambridge.
«El remo tiene una imagen snob que nunca logramos hacer desaparecer del todo», señala. Pero asegura que trabaja duro para diversificar el reclutamiento, con operaciones de promoción y búsqueda de talentos en las escuelas. Unas 2.000 de ellas en todo el país han sido equipadas con máquinas de remo.
«En Atlanta'1996 y Sydney'2000, la gran mayoría de nuestros atletas habían comenzado el remo en una escuela privada, pero en los Juegos de Londres más de la mitad de los remeros han estudiado en la escuela pública», agregó el técnico de las categorías inferiores del equipo británico.
Algunas estrellas de los Juegos tienen orígenes modestos, como la heptatleta Jessica Ennis, cuyos padres son respectivamente pintor de brocha gorda y asistente social. El fondista Mo Farah también estudió en un colegio público, tras la llegada de su familia desde Somalia con solo 8 años de edad.
En este sentido, el equipo de atletismo británico es socialmente uno de los más heterogéneos. «Adquirir las bases en carrera, salto, etc. no requiere equipos costosos, contrariamente a la vela por ejemplo», apunta Alan Bairner. «La brecha social en el deporte hace que Gran Bretaña pierda futuros campeones -agrega-. En el tenis, por ejemplo, un deporte que sigue siendo bastante elitista, y muy blanco, hay una cantera por explotar», finaliza el académico.