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Frida Modak | Periodista, ex secretaria de prensa del presidente Salvador Allende

Fueron por lana y salieron trasquilados

Lo que expresa ese refrán es lo que, según Frida Modak, les ha ocurrido a los actuales gobernantes de Paraguay, quienes recientemente destituyeron al presidente de aquel país, Fernando Lugo, pero no han logrado ser reconocidos por aquellos países cuyo reconocimiento más les interesaba: los de su alrededor. Por contra, Paraguay quedó al margen del Mercosur. Ante ese fracaso regional, el gobierno golpista buscó un culpable de sus infortunio y empezó a señalar al presidente venezolano, Hugo Chávez. Pero sin fundamento.

Los refranes siguen demostrando su sabiduría, basta mirar ahora al gobierno golpista de Paraguay que todavía no asume que las expectativas que se habían creado al destituir al presidente Fernando Lugo no eran más que espejismos.

Al escuchar y ver a Federico Franco transformarse de vicepresidente en presidente, mientras su esposa tiritaba, no se sabe si de emoción o de miedo, surgieron innumerables preguntas que, obviamente, no tenían respuesta en su discurso.

Si ya resultaba extraño que una mayoría derechista destituyera a un presidente legítimo porque unos policías habían matado a un número importante de gente del campo por ocupar tierras ajenas, los anuncios de Franco no tenían nada que ver con eso.

Anunció que industrializarían el país sin mencionar siquiera los logros que Paraguay había alcanzado en ese plano antes de que los hundieran en las guerras impulsadas por los ingleses y llevadas a cabo por Brasil, Argentina y Uruguay.

Era evidente que se hablaba de un proyecto ya trazado y para cuya realización se requería la aprobación de los países del Mercado Común del Sur, Mercosur, que también eran, curiosamente, Brasil, Argentina y Uruguay.

No se había aprobado el ingreso de Venezuela porque se oponía la mayoría de los parlamentarios paraguayos y ese obstáculo era insalvable de acuerdo a las normas que rigen el Mercosur.

Al parecer, la euforia ante la perspectiva de tomarse el gobierno los hizo olvidar las normas por las que se rige esa entidad y antes de que aterrizaran en el mundo real, Paraguay ya estaba fuera de ese organismo.

El berrinche. Los antecedentes sugieren que el interés por derrocar al presidente Lugo era consecuencia no solo de sus políticas progresistas, sino también de su proyecto de defender las riquezas del país porque, contrariamente a lo que se cree, Paraguay es un país rico en recursos naturales.

En el mes de abril pasado el mandatario hoy depuesto anunció que se haría un inventario de esos recursos y se creó un grupo de trabajo para realizarlo e ir construyendo una visión común para su uso y también para valorizarlos.

En la cumbre Río+20 realizada en Río de Janeiro hace algunos meses, el entonces canciller paraguayo Jorge Lara señaló que buscaban «una integración energética solidaria, basada en la soberanía de los recursos naturales de nuestros países».

Criticó el modelo económico actual, al que responsabilizó de la crisis «porque no ha dado prioridad a la vida y la naturaleza sino a los mercados» y destacó que nuestra región abastece al mundo pero su población vive en la extrema pobreza.

Concidentemente, el golpe contra Lugo se produjo pocos días después.

A partir de entonces, todos los intentos de los nuevos gobernantes por lograr ser reconocidos han fracasado en el espectro para ellos más importante, que son los países que los rodean.

La historia de que se trató de una destitución constitucional y no de un golpe de Estado no se la ha tragado nadie y los gobiernos que podrían tener afinidad política con el de Franco no se han pronunciado en los términos en que este esperaba.

Por el contrario, Paraguay aparece aislado de su entorno y ha perdido todas las batallas, particularmente las relativas a los asuntos económicos.

Y el ganón es Chávez. Por razones no explicadas, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos OEA, intentó en un comienzo sostener que lo ocurrido con el Gobierno del presidente Lugo había sido una destitución constitucional.

Las ácidas reacciones a su postura lo llevaron a suavizar sus dichos y entonces la situación paraguaya se convirtió en «delicada», pero hasta hoy la OEA no ha adoptado una actitud como la que, por la razón que sea, el titular de ese organismo tuvo que adoptar en el caso de Honduras.

El vacío lo llenaron, en particular, los países integrantes del Mercado Común del Sur, Mercosur, lo que producido el golpe de Estado expresaron su condena y convocaron a una reunión de emergencia.

Ya los presidentes de Brasil, Uruguay y Argentina habían condenado a los golpistas y anticipado la posibilidad de que Paraguay fuera marginado de esa instancia, que fue exactamente lo que sucedió.

Otro tanto ocurrió en la Unión de Naciones del Sur, Unasur. Se suponía que la OEA volvería a tratar el asunto en el curso de la semana que termina, ocasión en que debutará como presidente de su Consejo Permanente el embajador de Jamaica.

Ante el fracaso experimentado en el plano regional, el gobierno de Franco empezó a buscar a quién culpar de sus males y decidió que el acusado sería el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Así fue como sacaron a relucir un video en el que aparecía el canciller de Venezuela Nicolás Maduro con algunos militares de Paraguay, en una pequeña sala de juntas que sería del Parlamento u otra dependencia de ese país.

Maduro fue parte de la delegación enviada por Unasur para informarse de lo sucedido. Una de las reuniones fue con algunos militares, lo que hizo que transcurridos algunos días y a falta de argumentos, el gobierno de Franco decidiera acusar a Venezuela de intervenir en sus asuntos.

Se buscó crear un escándalo mayúsculo, llevando el asunto hasta canales televisivos estadunidenses, pero el video no probaba nada por una simple razón, no tiene sonido.

Así las cosas, se obtuvo que la CNN entrevistara a la nueva ministra de Defensa de ese país, una señora con una voz algo estridente que daba largas explicaciones que no explicaban ni informaban sobre el tema.

La entrevista duró por lo menos unos 15 minutos y la única conclusión, por lo que se veía, es que tanto el ministro Maduro como los militares paraguayos estaban de muy buen humor o trataban temas muy entretenidos porque reían mucho. Eso es lo que se veía.

La fiscal Stella Marys Cano,que citó a declarar a un número importante de militares, ha dicho que las declaraciones de estos son similares, por lo que ahora está citando a quienes fueron ministros del gabinete civil del presidente Lugo.

Dijo también que en el Palacio de Gobierno hubo una sola reunión con militares, la convocada por Lugo para agradecerles y despedirse de ellos.

Respecto a la «arenga» que la ministra de defensa dice que hizo el canciller venezolano a los militares paraguayos, la fiscal declaró que los uniformados estaban en el Gabinete Militar, la llegada allí de Maduro fue de sorpresa y agregó: «hasta el momento no existen elementos para decir que hubo una arenga, porque según las declaraciones el diplomático solo confirmó a los militares que se tendrán sanciones internacionales si se concretara el juicio político».

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