El tifón «Haikui» causó grandes daños y dejó al menos dos muertos ayer en las regiones orientales de China, donde casi dos millones de personas fueron evacuadas como medida de precaución, según informó la prensa estatal.

«Haikui» se lanzó sobre las costas de la provincia de Zhejiang, al sur de Shanghai, con vientos de 150 kilómetros por hora arrasando viviendas, inundando cultivos y dejando sin energía eléctrica muchos poblados.

El tifón perdió fuerza después de tocar tierra, según los servicios meteorológicos chinos, pero el viento seguía soplando hasta 119 kilómetros por hora.

La metrópoli de Shanghai no ha sido directamente afectada, pero, aún así, las autoridades locales aconsejaron a sus ciudadanos quedarse en casa debido a las fuertes lluvias. El aeropuerto y el tráfico ferroviario fueron paralizados.

«Shanghai se ha librado de docenas de tifones en los últimos años pero este puede que sea el primero que represente un desafío real desde 2005», alertó ayer el vicealcalde de Gestión Urbana y Defensa Civil de la municipalidad, Shen Jun.

China está acostumbrada a las fuertes lluvias e inundaciones durante el verano, que afectan sobre todo alrededor del río Yangtse y el sur.

«Haikui» es el tercer tifón que azota el este de China en la última semana, tras el paso de «Saola» y «Damrey», que dejaron 23 muertos y desaparecidos.