El Ejército sirio lanza la batalla por Alepo con su incursión en Salahedin
La batalla por el control de Alepo comenzó ayer con el lanzamiento de una ofensiva terrestre del Ejército sirio, apoyado por tanques y carros de combate, contra el barrio de Salahedin, escenario de feroces combates desde el 20 de julio y de gran valor simbólico. El control sobre Alepo, la segunda ciudad del país, su capital económica, y vital para el comercio con Turquía, es esencial para inclinar la balanza de uno u otro lado en esta crisis.
GARA | ALEPO
El Ejército sirio aseguró ayer haber logrado el «control total» del barrio de Salahedin, en Alepo, donde se concentró ayer la batalla tras la incursión militar que a primeras horas del día dio inicio a la gran ofensiva terrestre sobre la segunda ciudad del país. Las tropas leales al régimen de Bashar al-Assad dijeron haber «infligido graves bajas a los grupos terroristas y dejado un gran número de muertos y heridos» en sus filas, según la información difundida por la agencia Sana, que fue inmediatamente desmentida por los supuestamente replegados rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS).
«Decenas de terroristas han sido ya arrestados y otros se han rendido», afirmó la agencia oficial, que informó también que se han incautado grandes cantidades de armas.
Sin embargo, fuentes del ELS sostuvieron que las tropas regulares se tuvieron que retirar de algunas partes del distrito de Salahedin tras fuertes enfrentamientos. Aseguraron que los sublevados permanecían atrincherados en el barrio «mártir» y que sus efectivos han hecho retroceder a las fuerzas progubernamentales, aunque admitieron que sufren escasez de munición desde hace días.
«La guerra se lleva a cabo calle por calle, los rebeldes han causado enormes pérdidas a las fuerzas de Al-Assad, que reculaban. Salahedin está bajo el control del ELS», afirmó Omar, un activista en la zona, a Reuters, un relato que confirmaron otros rebeldes, quienes dijeron que los insurgentes detuvieron a los tanques y vehículos blindados del Ejército regular con bombas caseras.
«El régimen desea recuperar el barrio porque está ubicado dentro del centro de la ciudad, y desde allí se pueden controlar las instituciones administrativas de Alepo», señaló a Efe el número dos del ELS, Malek Kurdi, quien agregó que Salahedin, por sus estrechas callejuelas, es muy difícil de penetrar para las tropas.
El Gobierno de Bashar al-Assad ha desplegado 20.000 soldados para participar en esta crucial batalla.
El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, confirmó que los encarnizados combates se prolongaron durante toda la jornada e informó de la destrucción, por parte del Ejército, de dos escuelas que los rebeldes utilizaban como base.
La misma fuente informó de la muerte de al menos 90 civiles y combatientes rebeldes y 41 miembros de las fuerzas del régimen. La mayor parte de las víctimas se registró en la provincia de Alepo, con 35, y especialmente en la ciudad homónima, con 26 fallecidos.
El recrudecimiento de la violencia se produce tras el cese, hace dos días, del primer ministro sirio, Riad Hiyab, que en la madrugada de ayer entró en Jordania, según Amman.
El Ministerio de Defensa de Rusia calificó de «mentira absoluta» la noticia difundida ayer por un grupo rebelde sirio que afirmó haber matado a un general ruso.«El objetivo de difundir ese tipo de comunicados no es solo causar sensación, sino que supone un claro intento de difamar al Ejército ruso», señaló.
Algunos de los 48 iraníes secuestrados por un grupo armado rebelde en Siria el pasado sábado son militares jubilados del Cuerpo de Guardianes de la Revolución y del Ejército, según dijo ayer el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi.
La presencia prolongada de los refugiados sirios en Líbano comienza a pesar sobre la vida de los libaneses y de las ONG, que no dan abasto, mientras que los desplazados se sienten defraudados al asegurar que no reciben la ayuda necesaria.
«Las familias libanesas están soportando más de lo que les permiten sus fuerzas y sus medios para ayudar a los refugiados, pero si la situación continúa así, podría llegar a explotar», advierte el presidente del comité local de ayuda a los refugiados en la región de Wadi Jaled, donde se concentra el mayor número de desplazados de Siria.
Ali Badawi, que es también alcalde de una localidad de esa región, asegura a Efe que en ella hay al menos 1.280 familias sirias, cada una de ellas compuesta de ocho a diez personas, la mitad de ellos niños, y casi en su totalidad proceden de la provincia siria de Homs, limítrofe con Wadi Jaled.
«Siguen llegando, pero ahora su número ha disminuido de modo considerable desde que los sirios comenzaron a bombardear Homs. Además, nadie se puede acercar a 50 metros de la frontera porque disparan hasta si un gato hace ruido», cuenta Badawi.
Explica que la población de Wadi Jaled, que vivía del contrabando entre ambos países, especialmente de combustible, está arruinada, y a su juicio el 90% de la población local se ha visto perjudicada.
«Los libaneses, que saben lo que es la guerra, les abrieron sus casas, no podían permitir que los refugiados durmieran en la calle. Pero la situación se prolonga demasiado y a la gente ya no le queda nada más para dar», opina. Kathy SELEME (EFE)