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Francia y Rusia, guerra de nervios para ver quién se lleva la plata
A. G.
Que Australia deba intentar el más difícil todavía ante Estados Unidos es obvio, pero salvo que Lauren Jackson y compañía jueguen el partido de su vida, no parece que la empresa resulte posible.
Con todo, el físico y el talento de las opals debe suponer un obstáculo lo suficientemente serio como para que las estadounidenses deban emplearse a fondo y sin despistes.
El partido más atractivo de semifinales es la guerra de nervios entre Francia y Rusia. El combinado galo ya sudó tinta para superar a la República Checa. Las de Pierre Vincent precisaron de un 30-17 favorable en el último cuarto para remontar 10 tantos de desventaja y ganar 71-68. Mientras, Becky Hammon lideró el triunfo ruso por 63-66 ante una Turquía que erró el triple para forzar la prórroga.
AUSTRALIA-ESTADOS UNIDOS (18.00). «Históricamente, el partido más duro para nosotras siempre ha sido el de semifinales». Era Sue Bird, la base titular de los Estados Unidos quien hablaba. Y no le falta razón, ya que las nortemericanas sufrieron lo suyo ante Rusia tanto en Beijing 2008 como, sobre todo, en Atenas 2004, ya que se impusieron por 66-62. Sin embargo, no parece que las opals estén en su mejor momento de juego. Ya ante China les costó romper el partido pese a ganar 75-60. «Tendremos que hacerlo todo perfecto, pero si lo hacemos, será una gran batalla», opinaba la australiana Liz Cambage.
RUSIA-FRANCIA (22.00). El combinado galo se impuso por 65-54 en la primera fase, pero Rusia en las eliminatorias deja de sestear. A sabiendas de que las rusas, pese a la ausencia por lesión de Maria Stepanova, saldrán a morder desde el inicio, la veterana Emmeline Ndongue explicaba bien claro la mentalidad de la selección bleu. «Tenemos hambre y estamos decididas a llegar como sea a disputar la final olímpica». No va más.