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Voleibol Medallero masculino

Remontada contra pronóstico

Rusia sube por primera vez a lo más alto del podio pese a haber cedido los dos primeros sets ante la gran favorita Brasil.

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RUSIA 3

BRASIL 2

GARA | LONDRES

Los casi 15.000 espectadores que se dieron cita ayer en el Earls Court de Londres no se arrepintieron. Rusia y Brasil les brindaron la posibilidad de disfrutar con un encuentro a la altura de una final olímpica, en el que no faltó de nada. Hubo emoción, hubo remontada y hubo sorpresa final con la victoria de los europeos (3-2) que, por primera vez en su historia, se colgaron el oro.

Al menos por primera vez desde la disgregación de la Unión Soviética, que sí se había subido en tres ocasiones a lo más alto del podio. Pero aquellos eran otros tiempos -el último oro de la URSS data de Moscú 80-. El inicio de este siglo se desarrolla bajo el dominio de Brasil, campeona en los tres últimos Mundiales, aunque los Juegos Olímpicos no se le den tan bien. Ya tuvo que hincar la rodilla ante Estados Unidos en Beijing y ayer le tocó volver a conformarse con la plata.

Y eso que las cosas no se le pudieron poner mejor al equipo de Bernardinho Rezende, que se adjudicó con autoridad los dos primeros sets. Pero Rusia reaccionó en el tercero. Se lo llevó con escaso margen pero, sobre todo, se hizo con una inyección de moral que le permitió arrollar a los abatidos brasileños en una recta final que tuvo al gigante Muserskiy -2'18 metros y 31 puntos en su cuenta- entre sus principales protagonistas.

Antes de que sucediese todo eso, Brasil cumplía a rajatabla los pronósticos e invitaba a pensar incluso en un marcador tan contundente como el de la liguilla de primera ronda, cuando se deshizo de los rusos en tres sets.

El polivalente Murilo, hermano de otro legendario exintegrante de la selección, Gustavo Enres, guió a su equipo en un brillante primer set, marcando siete puntos en ocho intentos de remate, la mayoría apareciendo desde la segunda línea.

Wallace, que había comenzado los Juegos como suplente, también causó estragos con sus violentas acometidas desde los dos flancos. Contribuyó a la ventaja brasileña el saque de Lucas y Sidao, que ocasionó enormes problemas a su rival, incapaz de montar sus contragolpes al recibir con dificultad. Rusia intentó compensar arriesgando más en el remate, pero acabó perdiendo muchas bolas y el parcial. El propio Mikhaylov, máximo anotador de los Juegos con una media de 18 puntos por partido, apenas consiguió contabilizar un tanto en el primer set que, evidentemente, acabó cayendo del lado sudamericano (19-25).

La tranquilidad de Rezende no hacía sino reflejar lo que sucedía sobre la cancha, donde su equipo prolongó el dominio también en el segundo set, con Bruno imponiendo un intenso ritmo de juego. En el único momento en que Rusia se acercó en el marcador (15-16), Brasil respondió con su mejor racha, encadenando cinco puntos seguidos para volver a llevarse la manga con seguridad (20-25).

La final estaba siendo más cómoda para Brasil incluso que el partido de la primera fase, pero el equipo de Vladimir Alekno estaba lejos de bajar los brazos. En el tercer set tiró de músculo, equiparó las fuerzas, levantó un punto de partido forzando un alargue y acabó ganando el set (29-27), con el subidón que le supuso. Bernardinho intentó frenar la respuesta rival con la experiencia del mítico Giba, que a sus 35 años casi no había participado antes, pero la estrategia le salió francamente mal.

Su equipo mostraba síntomas de cansancio, el juego no fluía como antes y Rusia se había venido arriba con el parcial anterior. Muserskiy y Mikhailov bombardearon a los americanos sin clemencia para acabar adjudicándose el set (25-22) y forzando el quinto y definitivo.

Un set que siguió con la dinámica en la que ya había entrado el encuentro. Rusia entró mejor y no tardó en abrir tres puntos de ventaja (6-3). La exhibición de sus atacantes le permitió seguir así hasta el final (15-9), catapultándola a su primer oro, tras el bronce de Beijing.

Italia completa el podio

El bronce en esta ocasión fue para Italia. Los transalpinos cedieron un set ante Bulgaria, invitada sorpresa en semifinales, pero acabaron haciéndose con la final de consolación por 3-1 (25-19; 23-25; 25-22; 25-20). La selección italiana, que regresa al podio tras su ausencia en Beijing, cimentó la victoria en la actuación estelar de su capitán Cristian Saviani, máximo anotador del choque con 23 puntos, siete de ellos en saques directos.

 

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