El facherío mediático se empeña en dejar claro algo sobre lo que no cabía duda alguna: su zafiedad y su falta de un mínimo de sensibilidad y respeto ante situaciones dramáticas como la de Iosu Uribetxeberria. Ayer se centraban en la huelga de los presos políticos vascos para exigir la libertad del arrasatearra, y destacaban la participación de Arnaldo Otegi en la misma.

«La Razón» titulaba en primera página «Otegi sigue las órdenes de ETA y se declara en huelga de hambre». En el mismo diario, Alfonso Merlos concluía su artículo, titulado «Farsantes y cobardes», diciendo que «ni el Gobierno debe permitir, ni los españoles vamos a consentir, que una partida de peleles, con un plan de adelgazamiento radical, provoquen en la sociedad miedo, incertidumbre o división». Lo cual quiere decir que tener cara de serio no es incompatible con escribir semejantes sandeces.

«Abc», sin embargo, titulaba que «La huelga de hambre desvela tensión entre los presos de ETA». El «experto» de ese periódico aseguraba que «hasta ayer [por anteayer] solo eran 88» los que se encontraban en huelga de hambre, si bien decía que según Etxerat la cifra ascendía a 240. Ayer eran más de 400. Pero, en fin, la manipulación y la mentira en torno a las huelgas de los presos vascos, al igual que acerca de cualquier asunto relacionado con Euskal Herria, son una tradición del facherío.

Y «El Mundo» titulaba en portada «Otegi lidera el desafío de la huelga de hambre etarra». Ciertamente, el de Elgoibar se ha sumado a la huelga de hambre; que lidera la misma, es lo que dice «El Mundo». En un punto editorial, aseguraba que la huelga de hambre es un «desafío planificado de ETA contra el Gobierno». Lo que sí es un desafío planificado es la política penitenciaria que ha llevado a Uribetxeberria a la situación extrema en la que se encuentra. Y la periodista del mismo diario Ángeles Escrivá ofrecía un análisis titulado «Cálculos endemoniados», en el que dice que «los abertzales creen que Bolinaga saldrá, pero quieren rentabilizarlo». Pues mira si lo tenían fácil, antes de que a la izquierda abertzale se le hubiera ocurrido «rentabilizar» una situación tan lamentable, podían haber puesto en libertad al preso de Arrasate, que no es sino el proceder que su propia ley recoge.