Los piratas, tesoro de la Aste Nagusia, conquistan los corazones de los donostiarras
Miles de piratas abordaron ayer Donostia en sus balsas. En medio de un gran ambiente, que congregó a diferentes generaciones de donostiarras y atrajo la atención de numerosos turistas, los piratas conquistaron el máximo ideal de libertad. Sin más ley que la dinámica asociativa ya completamente arraigada tras una década de trabajo, sin un gobierno al que someterse pero abiertos a la colaboración, y guiados por la apropiación de la fiesta para la participación y la reivindicación popular, para reclamar y conquistar espacios autogestionados, euskaldunes y paritarios, los piratas se han hecho con un tesoro de valor incalculable: se han apropiado de los corazones de los donostiarras, afianzando su propuesta como parte viva y dinámica del programa oficial. Y, además, han lanzado una señal victoriosa en un contexto de ataques sistemáticos contra la participación popular.
Frente a quienes planteaban un modelo festivo para el turismo, sin reivindicación ni nervio popular, sin una explosión frenética de diversión y de transgresión, los piratas demuestran que otra Aste Nagusia y otra Donostia siempre fueron posibles. La utopía pirata se hace realidad en La Flamenka. Que guarden ese tesoro por muchos años.