Una comisión independiente creada en agosto del año pasado para evaluar el operativo policial durante la matanza en la isla noruega de Utoya, en la que murieron 69 personas, en su mayoría adolescentes, dictaminó ayer que la Policía debió haber actuado de forma «más rápida», ya que llegó 70 minutos después de recibir la primera alarma.

Según la Comisión 22 de Julio, por la fecha en la que se produjo la matanza perpetrada por el ultraderechista Anders Behring Breivik, la Policía «falló» en el objetivo de «proteger a las personas» que estaban en Utoya.

El informe leído por la jurista Alexandra Bech Gjorv, al frente de la comisión, recomienda adoptar «nuevas medidas preventivas» para impedir en el futuro este tipo de ataques, así como para evitar los «efectos adversos» de lo ocurrido.

Destaca como positiva la «buena comunicación» del Gobierno con la ciudadanía, y que los ministerios lograran reanudar casi de inmediato sus tareas, pese a la devastación provocada por la bomba colocada por Breivik en el complejo gubernamental. Afirma también que no hay pruebas que apunten que la agencia interior de Inteligencia «pudo haber evitado los ataques»

Los trabajos de la comisión, discurrieron en paralelo al proceso contra Breivik, cuyo juicio finalizó el pasado 22 de junio. La sentencia está prevista para el próximo día 24.