consecuencias de la política penitenciaria
«Para el estado de salud de Iñaki, el trato es lamentable»
Aquejado de una grave enfermedad cardíaca que en enero incluso le provocó un infarto, Iñaki Erro está viviendo unas semanas especialmente duras.
Aquejado de serios problemas cardiacos, que incluso le provocaron un infarto el pasado enero, Iñaki Erro lleva más de 25 años en prisión. A la grave enfermedad que padece hay que sumarle que, tras cumplir su condena hace casi dos años, se le aplicó la «doctrina Parot». El pasado viernes falleció su madre, de la que apenas pudo despedirse con una rápida visita al hospital tras un viaje de casi un día desde la prisión de Almería. Su compañera, Idoia Mujika, denuncia el «trato inhumano» de la política penitenciaria española.
Aitor AGIRREZABAL | IRUÑEA
Tras 25 años en prisión, Iñaki Erro está viviendo unas últimas semanas especialmente duras. A la grave enfermedad cardiaca que padece se le ha sumado la muerte de su madre el pasado viernes. Su compañera, Idoia Mujika, es testigo directa de «la crueldad del Estado español» con los familiares de los presos políticos vascos.
¿Cómo han transcurrido estos últimos días?
La madre de Iñaki llevaba un mes enferma y entonces ya pedimos el traslado para que la pudiera ver con vida. A principio de julio se lo denegaron pero, tras insistir, el viernes 3 de agosto lo trajeron a la nueva cárcel de Iruñea. De todos modos, solo pudo ver a su madre durante una visita de una hora en el hospital.
Y este viernes la madre de Iñaki murió con su hijo preso de camino hacia Almería.
Así es. Incomprensiblemente, el viernes, a las 8.00, metieron a Iñaki en un furgón y salieron de vuelta hacia Almería pese a que sabían que su madre se estaba muriendo. Cuando nos dieron la noticia del fallecimiento, tratamos de contactar por todos los medios y parar el traslado. Logramos hablar con Madrid y, finalmente, detuvieron el viaje a las 15.00 en Zaragoza. ¡Tardaron siete horas en hacer el trayecto entre Iruñea y Zaragoza!
¿Cómo se encuentra él?
Ahora ya más tranquilo. Pero ha sido muy duro. Ha perdido a su madre; antes también murieron su hermano y su padre. Sigue en la nueva cárcel de Iruñea desde el pasado viernes, pero el trato es lamentable. Está absolutamente solo en un módulo, totalmente aislado. Al principio no tenía derecho ni a hacer llamadas ni a recibir visitas. No son condiciones para una persona que está en el estado de salud de Iñaki.
Sufre una grave enfermedad cardiaca.
Sí, en enero sufrió un infarto y tiene tres stent. La ley dice que una persona en su estado no debe estar en prisión. Sin embargo, el Estado español no cumple su propia ley. De hecho, cuando sufrió el infarto, la familia no pudo entrar a verle. Yo entré como abogada y nos dijeron que los familiares podrían entrar al día siguiente. Para entonces ya estaba de vuelta en la cárcel y no pudieron verle.
¿Qué perspectiva tienen a partir de ahora?
No tenemos ni idea. Hoy está en Iruñea; no sabemos dónde puede estar mañana. Con este Gobierno y este sistema no se puede saber. Se lo llevaban hacia Almería el mismo día que su madre murió y ahora no respetan sus derechos. La palabra es crueldad.
¿Están notando apoyo por parte de la sociedad vasca?
Hay más de 500 presos en lucha y la calle se está movilizando. Esto hace que Iñaki se encuentre muy fuerte. Al mismo tiempo, agradecen de todo corazón el apoyo que Euskal Herria les está demostrando. Vivimos con la esperanza de que los catorce [presos con enfermedades graves] vuelvan a casa. El caso de Iosu es especialmente grave. Una persona, pienso, tiene derecho a morir con dignidad.
Iñaki ya cumplió la condena.
La cumplió hace dos años y le aplicaron la «doctrina Parot». La situación de Iñaki, al igual que la de Iosu, es muy grave. La padecen ellos y la padecemos los familiares. Ellos sufren más por nosotros que por ellos mismos. Somos muchas las víctimas del Estado, demasiadas. Los familiares no debemos pagar este castigo. Somos familiares y víctimas.
En la concentración de Herrira ante la Delegación del Gobierno español en Iruñea, la Policía detuvo a una persona, que quedó en libertad posteriormente. La Ertzaintza sí permitió estos actos rechazando la petición del delegado Carlos Urquijo.
Una representación del Ayuntamiento de Laudio realizó hace días una visita a Pablo Gorostiaga, exalcade de este municipio, que permanece encarcelado en la prisión de Herrera de la Mancha pese haber cumplido 70 años de edad.
El pasado domingo se produjo un incendio en la cárcel leonesa de Mansilla. Según explicó a Etxerat la novia de Iker Araguan, el fuego, por el que fueron trasladadas catorce personas al hospital, se inició en una sala reservada a los vis a vis.
El lunes hubo 25 personas en Bermeo, 47 en Gernika, 40 en Altsasu, 33 en Iurreta, 23 en Zaldibia, 20 en Astigarraga y 103 en Iruñea. Ayer, 65 en Hendaia, 25 en Ataun, donde se hará diariamente, y 150 en Bilbo. En Maule se hará el viernes a las 18.00.