32ª CLÁSICA DE DONOSTIA
Luis León Sánchez tira de repertorio para repetir victoria en la Clásica
Ganador en 2010, Luis León Sánchez repitió victoria en la Clásica de Donostia. Un triunfo de su estilo, prestigioso, y en su estilo, atacando en el momento justo y manteniendo su ventaja para llegar a meta en solitario. La prueba, que homenajeó a Marino Lejarreta, Alexandr Vinokourov y Jaime Ugarte, se decidió en el tramo final, con las ascensiones a Jaizkibel y Arkale, después de que el pelotón echara abajo la fuga del día, con la presencia de Javier Aramendia.
Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA
Hay corredores que están descartados para pisar el podio de una gran vuelta, que nunca batirán récords de victorias hinchándose a ganar sprints, que difícilmente destrozarán el cronómetro en una contrarreloj o soltarán un hachazo mortal para coronar en solitario tres puertos alpinos. Y que, sin embargo, son capaces de ganar en cualquier terreno y frente a cualquier rival. Luis León Sánchez es uno de esos corredores.
Uno de esos ciclistas con el que el aficionado disfruta y que el organizador quiere ver dando brillo a su palmarés. La Clásica de Donostia tuvo la fortuna de volver a colocar ayer la txapela al murciano, que ya se la había puesto dos años antes, y la afición vasca de disfrutar con una de sus victorias características. El triunfo de un corredor que acumula virtudes. Calidad, perseverancia, oportunismo, potencia, osadía... y además ahora experiencia. Cualidades que le han permitido atesorar un currículum que le hace merecer un hueco entre los grandes del pelotón internacional.
Tampoco es que se pase la vida levantando los brazos -31 victorias en nueve temporadas en la élite, siempre dedicadas a su hermano León, fallecido en 2005-; es una cuestión de calidad. La mayoría de sus triunfos, por sí solos, podrían justificar una carrera profesional. Etapas en París-Niza, Euskal Herria, Romandía, Mediterráneo... Y, sobre todo, sus cuatro victorias en el Tour. La última, este mismo año, cuando persiguió su objetivo jornada tras jornada, fuga tras fuga -además del triunfo, regresó a casa con un tercer y dos cuartos puestos-, hasta que lo consiguió. E incluso después, cuando rozó lo imposible en la última contrarreloj, donde solo le superaron Bradley Wiggins y Chris Froome.
Pocos días después, en su gran cita de la temporada, desaparecía la sonrisa. En la misma rampa de salida de la prueba contrarreloj de los Juegos Olímpicos, caía la cadena del murciano, que poco después tenía que volver a cambiar de bicicleta. Cuestión de amor propio, acabó la carrera. Dos semanas después, culminando una larga temporada que arrancó en Australia y dio sus primeros frutos en marzo -volvió a llevarse una etapa en la París-Niza-, se sacó la espinita con un triunfo de su estilo, prestigioso, y en su estilo, poniendo el ojo y luego la bala.
Homenajes y movimiento
234 kilómetros y seis horas antes de que el corredor murciano volviera a levantar los brazos -en una versión diferente a la de hace dos años cuando, curiosamente, se impuso al sprint a otro de los grandes protagonistas de la jornada, Alexandr Vinokourov-, un gentío, animado por el calor y el ambiente festivo, arropaba al pelotón en la salida. Que tuvo tres nombres propios, el del propio corredor kazajo, al que la organización entregó una placa tras su victoria en los Juegos; el de Marino Lejarreta, homenajeado por la prueba cuyo palmarés inauguró y se adjudicó en otras dos ocasiones; y el de Jaime Ugarte, que deja la primera línea dentro de la organización.
Aunque fue cortar la cinta y sustituir homenajes, abrazos y agradecimientos por ataques y contraataques. Hubo fuga con minutada, que no puede faltar en esta carrera, pero antes de que cuajase el pelotón enloqueció -45 kilómetros en la primera hora-. Juanma Garate (Rabobank), Markel Irizar (RadioShack), Xabier Zandio (Sky) y Manuel Cardoso (Caja Rural) fueron los primeros en intentarlo, aunque su aventura no duró demasiado. Les imitaron otros corredores hasta que, pasado Garate, Javier Aramendia (Caja Rural) y Adrián Palomares (Andalucía) se salieron con la suya. Hasta cierto punto porque, efectivamente, marcaron el ritmo de la carrera durante muchos kilómetros -en los que sobrepasaron los once minutos de ventaja-, pero no los suficientes, como lamentaba el ciclista navarro, para llegar a Jaizkibel en cabeza y sumar los puntos que podían haberle permitido subir al podio como ganador de la montaña.
Y es que con una lista tan larga de candidatos al triunfo, por detrás eran muchos los equipos dispuestos a trabajar. Movistar, Katusha y Rabobank llevaron la voz cantante, aunque no pudieron evitar que, una vez cazados Aramendia y Palomares, siguieran sucediéndose los demarrajes. Como el de Tiziano Dall'Antonia (Liquigas) o Nairo Quintana (Movistar); o posteriormente, cuando la carrera entraba ya en su tramo decisivo, el de Tomasz Marczynski y Rafal Majka (Saxi Bank), a los que se unieron después Rafa Valls (Vacansoleil), Sergio Henao (Sky) y Gorka Izagirre (Euskaltel), que llegó a colocarse en solitario en cabeza de carrera.
El momento
Pero tampoco era la buena. Hubo que esperar a la ascensión definitiva a Arkale para que los gallos dinamitaran la carrera. Fue Joaquim Rodríguez (Katusha) el que rompió la baraja, con un ataque que, entre pillados por sorpresa, con las pilas gastadas por el trabajo o con pocas piernas, descolgó a unos cuantos corredores -incluyendo a Vinokourov, muy activo hasta entonces-. Tampoco cuajó, pero el golpe sirvió para despejar la cabeza de carrera.
Fue otro cazaetapas como el catalán el que eligió mejor su momento. A solo diez kilómetros de meta, se iba Luis León Sánchez. Con solo un puñado de segundos de ventaja y con muchos quilates entre sus perseguidores, pero estos gastaron más fuerzas en tentarse que en el trabajo de caza y el murciano tiró adelante con toda su fuerza, lo que acabó traduciéndose en la segunda victoria del corredor de Rabobank en la Clásica de Donostia.
Siete segundos después llegaba el pelotón perseguidor, con una veintena de integrantes, entre los que se encontraban Igor Antón (el mejor vasco, 11º) y Haimar Zubeldia (14º).
Desde que Miguel Indurain ganara en 1990, ningún corredor vasco ha triunfado en Donostia. Igor Antón (11º) fue el mejor ayer. Otros nueve acabaron la carrera.
No faltó la cabalgada. Javier Aramendia y Adrián Palomares llegaron a sobrepasar los once minutos de ventaja, pero fueron cazados antes de llegar a Jaizkibel.
La organización homenajeó a Marino Lejarreta, primer corredor que inscribió su nombre en el palmarés de la prueba, que ganó en otras dos ocasiones. Alexandr Vinokourov y Jaime Ugarte también recibieron un reconocimiento.
Desde perspectivas diferentes, pero Luis León Sánchez y Alexandr Vinokourov coincidieron. No hay lugar mejor para ganar o para retirarse que ante la afición euskaldun.
Tanto que el líder de Astana, decidido a colgar la bicicleta tras los Juegos Olímpicos, apostó finalmente por disputar una prueba más, la Clásica de Donostia. Ayer sí, en una rueda de prensa que él mismo había convocado, reconocía estar muy contento por «haber disputado mi última carrera aquí», aunque un ganador nato como el kazajo hubiera preferido hacerlo de otra manera. «Tenía muchas ganas, pero las piernas no me han respondido, no estaba como en los Juegos. Cuando he visto que no podía, he intentado disfrutar al máximo de los últimos kilómetros».
Asegura Vinokourov que le cuesta quitarse el dorsal. «Todavía no me doy cuenta, no soy consciente de que vaya a dejar el ciclismo. Pero voy a cumplir 39 años en septiembre y llega un momento en que hay que acabar». Al menos lo hace con el título olímpico, lo que le hace sentirse «muy orgulloso». De cara al futuro, aún no tiene planes concretos, pero se muestra convencido de que habrá «un hueco para mí» en Astana.
También Luis León Sánchez se declaraba feliz por ganar «ante la afición vasca, que nunca deja de animar, a mí y a todos. Siempre me gusta correr aquí y además haber ganado dos veces me produce una gran satisfacción». No tanto como para «olvidar todo lo que pasó en los Juegos», pero sí para «pasar página, reponerte y continuar».
Igor Antón, el mejor vasco en meta, aseguró haberse sentido «bien», lo que le permite «ser optimista» de cara a la Vuelta que comienza el sábado. GARA
Solo cuatro corredores han ganado más de una vez en Donostia: Francesco Casagrande (98,99), Laurent Jalabert (01, 02), Luis León Sánchez (10, 12) y Marino Lejarreta, el único que se ha impuesto en tres ocasiones (81, 82, 87).
Samuel Sánchez, en su primera carrera tras la caída del Tour, no pudo acabar la carrera. También abandonaron ilustres como Cunego, Van den Broeck o Chavanel.