vuelta 2012 Quinta etapa
Degenkolb repite victoria en la jornada de siesta de Logroño
El corredor del Argos Shimano le birló la victoria a Daniele Benatti en los últimos metros de una quinta etapa que no tuvo más historia que la fuga en solitario del almeriense del Andalucía Javier Chacón y los rescoldos sobre la caída de Valverde camino de Valdezcaray.
Arnaitz GORRITI
Tras dos llegadas en alto consecutivas, ambas con espectáculo y la segunda de ellas con polémica, la Vuelta 2012 echaba la siesta. Un recorrido de 168 kilómetros con salida y llegada en Logroño, dando ocho giros a un circuito de 21 kilómetros, dio como resultado una quinta etapa sin mayor historia, aunque con una respetable afluencia de público. Tras cuatro horas de carrusel, el corredor del Argos Shimano John Degenkolb se imponía en el sprint, repitiendo el éxito que lograra en la llegada masiva de Viana. Daniele Benatti, del RadioShack, estuvo muy cerca de llevarse la etapa, pero Degenkolb fue un poquito más rápido en los metros finales.
Por lo demás, la quinta jornada de la ronda hispana tuvo dos protagonistas: por un lado, el corredor del Andalucía Javier Chacón, que protagonizó el «suicidio» del día, al escaparse en solitario en el kilómetro dos y durar escapado hasta poco menos de 30 kilómetros a la meta. Por el otro, el affaire entre los conjuntos Sky y Movistar, a cuenta de la caída de Alejandro Valverde camino de Valdezcaray, con las posiciones absolutamente enfrentadas a cuenta de que si se debió o no esperar al grupo liderado por el murciano.
Y muy poco más, excepto un pinchazo sin ninguna trascendencia de Alberto Contador, o ver cómo los grandes del pelotón asomaban el hocico en los últimos kilómetros -Chris Froome o Igor Antón, entre otros-, tal vez para alejarse de la marabunta de la preparación del sprint y ahorrarse disgustos.
El pelotón salió con pocas ganas de guerra, y quizá por eso se vio sorprendido por Javier Chacón, el primer aventurero del día, que no logró arrastrar consigo a ningún valiente. Ello no arredró al ciclista almeriense, que decidió hacer camino con el beneplácito del gran grupo, sabedor de que el corredor del Andalucía se hallaba a casi media hora de Joaquim Rodríguez.
Poco a poco, Chacón fue abriendo brecha hasta llegar a una ventaja máxima de 12 minutos, mientras que el pelotón acumulaba cierto retraso, conocedor de que el fugado caería de maduro, y sin ninguna prisa, examinando un circuito de fácil rodar, sin ninguna dificultad orográfica en el camino.
Argos Shimano siembra y recoge
Aburridos de hacer kilómetros sin más ni más, los equipos de los velocistas empezaron a desperezarse. El Argos Shimano de Degenkolb fue el primer interesado en limar la desventaja respecto a Chacón, que al menos se llevó el premio al corredor más combativo de la etapa, pero que era perfectamente consciente de que su fuga apenas le iba a reportar otros beneficios que los meramente publicitarios.
Por detrás, entre que los Atusa metían hombres en los pasos intermedios bonificados para mantener el maillot de líder de Joaquim Purito Rodríguez, y que tocaba recuperar el tiempo perdido respecto a los promedios programados, el pelotón comenzó a adquirir un aspecto menos rechoncho y más alargado, aunque sin necesidad de apretar el acelerador, perfectamente consciente de que atrapar a Chacón antes de hora iba a suponer tener que controlar nuevos intentos de fuga.
Tras una treintena de kilómetros jugando al gato y al ratón, el corredor andaluz debía ceder al empuje del gran grupo a poco menos de 30 kilómetros.
A partir de ahí, los equipos de los sprinters se pusieron serios, impidiendo cualquier intentona de fuga. Daniele Benatti, ya en la última recta, se movió con astucia y cerca estuvo de imponerse, pero John Degenkolb, rematando un trabajo que el Argos Shimano había comenzado con anterioridad, fue más fuerte, y pudo levantar los brazos, despertando sonriente de la siesta en la que se convirtió la Vuelta.
Cuando hay un liderato en juego, los sentidos se centran en lo que sucede en la carretera. Cuando no es así, hay tiempo de sobra para la reflexión y el debate, incluso la polémica. La actitud del Sky tras la caída de los Movistar -principalmente Alejandro Valverde- fue motivo de discusión en las diversas tertulias durante la jornada de ayer.
«No sabía que se había caído Alejandro (Valverde), no sabía lo que había pasado por detrás. Veo bastante chantaje en todo esto, creo que no hay que buscar un culpable de lo que sucedió», aseguraba el corredor del Sky Juan Antonio Flecha a los periodistas.
«El viento era de costado y en esos casos es mejor dar el primer paso y eso es lo que nosotros hicimos. No sabía lo que estaba pasando por detrás. Yo no iba en el helicóptero para verlo desde arriba», concluyó el ciclista catalán.
Por su parte, un diplomático Alberto Contador prefirió no involucrarse en la discusión. «He visto las imágenes de la caída de los Movistar repetida, pero lo de parar o no parar, cada uno es libre de hace lo que quiera. Yo tengo que estar concentrado en carrera y el resto son cosas que no me atañen», declaraba.
Asimismo, Abraham Olano, director técnico de la Vuelta, disculpaba las airadas reacciones de Eusebio Unzue y Alejandro Valverde como fruto del «calentón» del momento.
«Cuando un equipo va haciendo abanico y otro busca su hueco, siempre hay caídas. Es una circunstancia de carrera, aunque el implicado sea el líder. Entiendo que estén `quemados' porque les ha tocado a ellos y porque también les tocó en el Tour», explicaba. GARA