Udate | Bilboko aste nagusia
Conclave de txupineras para tirar unos cohetes y recordar
Como cada jueves festivo, las txupineras efectuaron su encuentro anual en el que, además de arropar a Nerea Orizaola, tiraron en El Arenal unos cohetes en recuerdo de las ausentes y en homenaje a esa figura emblemática de Aste Nagusia. Tras cuatro tandas de txupines, hubo ocasión de rememorar acontecimientos y confraternizar entre las presentes.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Trece txupineras se reunieron ayer en el tradicional encuentro entre las comparseras elegidas a partir de 1978 para disparar el cohete que desde hace 35 ediciones anuncia el retorno de Marijaia y da a diario inicio en Bilbo a cada una de las nueve jornadas festivas de Aste Nagusia.
Estuvieron presentes trece, aunque no se olvidaron de su compañera Arantza Garbayo -la comparsera de Pa...Ya designada en 1999-, que permanece a 1.234 kilómetros del Botxo en la prisión de Algeciras y que hace trece años lanzó el cohete desde la lejanía pero muy presente en la Plaza Nueva. Su silueta estuvo en El Arenal cuando se dispararon las salvas de txupines en homenaje a quienes han encarnado ese personaje emblemático de Aste Nagusia, algunas de ellas ya fallecidas.
El lanzamiento de los txupines se produjo después de que a la pregonera, Virginia Berasategi, se le entregase la makila de mando y diera el plácet para el inicio. No lograron la unanimidad en los disparos, aunque sí al coincidir en los recuerdos «inborrables» que tienen tras vestir la guerrera roja.
Patricia Lezama, la anterior txupinera, aseguró que ser comparsera de Mekauen es «emocionante», aunque no olvida «el cariño de la gente. Eran días emocionantes desde las 10.00 hasta que te ibas a casa». Magdalena Landa, de la extinta Ardoa Barrura, atesora muchos recuerdos de 1987, cuando le tocó disparar el txupin, al igual que Nerea Ahedo, de otra comparsa desaparecida -Adiskideak-, que ejerció el cargo en 1993 y que, tras muchos años acudiendo con el traje, confesaba ayer que no lo encontraba ni en el fondo de su armario.
Sonia Charcán, de Aixe Berri, incidía en los recuerdos «inborrables» que guarda de 1997 y añadía que «siempre está deseando que llegue este día tan especial», en referencia al del homenaje a las txupineras. Aratz Irazabal, de Txinbotarrak, manifestó que, «aunque siempre te vienen a la memoria algo de lo que viví en 2010, hay que dar el relevo». «Con un año es suficiente», añadió, afirmación que a buen seguro comparte Nerea Orizaola, presente en cada uno de los actos, además de disfrutar de la noche, y que necesitará de nueve días al menos de descanso. También los necesitó Lurdes Luke, de Satorrak, en 2002.
Larraitz Cisneros, de Altxaporrue, no tiene para olvidar el instante en que en 2007 se asomó al balcón del Arriaga, lo mismo que Aitziber Adell, de Tintigorri, que piensa que con una semana como la de 2005 «está bien». «Ese es el momento para siempre», apostilló Cisneros, tras subrayar el carácter popular y participativo de las fiestas.
María Luisa Crespo, de la extinta Intxausti, fue la que estrenó el modelo de uniforme en 1985, aunque solo lo uso en actos oficiales de inicio y final de Aste Nagusia. No tuvo esa suerte Alazne Olabarrieta, que lanzó el txupin desde la puerta de la basílica de Begoña en 1983, que vistió el uniforme de su comparsa, Mamiki, aunque sintió los mismos nervios en la colina de Artagan que las txupineras que dispararon sus cohetes inaugurales en ese lugar o posteriormente en el Ayuntamiento, Plaza Nueva y Arriaga, por ese orden.
Josune Bañales, de Gogorregi -que abandonó Bilboko Konpartsak-, dijo no sentir nostalgia de 1994, aunque confesó que le gusta «revivir» en la cita anual aquellos recuerdos, consciente de que los años pasan. Montse Valerio, txupinera de Kaixo en 1981, insistía en la importancia de ese día de confraternización.
Nerea Orizaola, Patricia Lezama, Lurdes Luke, Sonia Charcán, Aratz Irazabal, Nerea Ahedo, Magdalena Landa, Mª Luisa Crespo, Larraitz Cisneros, Josune Bañales, Alazne Olabarrieta, Arantza Garbayo, Aitziber Adell y Montse Valerio.