DOBLETES DE ADURIZ Y SUSAETA
Una konparsa llamada HJK
Paciencia y hambre de gol fueron las ramas de unos leones que golearon a un muy flojo equipo finés.
ATHLETIC 6
HJK HELSINKI 0
Joseba VIVANCO
Llevaba razón Marcelo Bielsa cuando en la previa del partido se refirió a los jugadores finlandeses como uno rubio, otro castaño, el otro de pelo rizado... Porque fue imposible anoche destacar a uno solo de los nórdicos, un equipo que vino a encastillarse desde el minuto uno y al que el Athletic le jugó con su control, toque y desmarque, pero con paciencia. Fue la que tuvieron los rojiblancos para sumar ¡uys! en la grada, rondar la meta finesa y golpear a la red una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... El HJK fue una konparsa más de Aste Nagusia, nada hizo y nada pudo hacer ante el JTK («Jo ta ke!», que gritó el fondo norte tras el pitido inicial). Victoria fácil, pero trabajada, para los leones, eliminatoria encarrilada y resultado terapéutico.
Era un partido de esos de paciencia, habituales con Bielsa en San Mamés, de dominio aplastante, pero donde siempre falta el último pase, el último buen control, la última pizca de suerte... Y ayer sucedió y de un modo prolijo frente a la portería finlandesa, con la conexión Iraola-Susaeta-De Marcos por banda derecha, un muy activo Isma López, bien secundado por Iñigo Pérez, en la opuesta, y la movilidad constante de un generoso Aduriz. Y así fue hasta que llegó el gol que todos esperábamos anoche, el clásico de los casi cien años de La Catedral, el balón colgado desde la banda para que Aduriz, que se eleva en el área, cabecee a las mallas. El melón estaba abierto. Paciencia.
Relajó su ritmo el equipo, se serenó tras asaltar la trinchera `rubia' y en un córner, Susaeta, en el segundo palo, culminaba a la media hora con el siguiente su buena noche. Ni noticias del HJK. Tanto que Iraizoz tuvo su primer balón entre manos en el minuto 35. Y como no podía haber dos sin tres, tras un remate el larguero de Aduriz, Iñigo Pérez hacía el tercero en un libre directo. Misión cumplida.
Los leones salieron del vestuario con el hambre de gol intacto y a los cinco minutos cayó el cuarto, de nuevo Aduriz. «¡Y Llorente qué!», gritaba el fondo norte, mientras parte de la grada les silbaba. Los rojiblancos no sestearon y siguieron como si el marcador señalara el cero a cero inicial. Y si primero fue la paciencia, ahora era el hambre de gol. Y así cayó el quinto, segundo de `Susa', y la fiesta en Bilbo fue completa. El HJK se estiró, pero ya era tarde. Ovación de gala para Aritz al ser cambiado y de ahí al final, esta vez sí, con 5-0, los leones lo fiaron ya a la tómbola del parque Etxebarria en busca de premio. Se quedó cerca el HJK con un balón al larguero. Y le tocó a Iraola, el sexto. Nos vemos en la fase de grupos.