Si algo ha obstaculizado la comunicación con la gente, ha sido el negocio periodístico», dijo una vez Marcelo Bielsa. La rueda de prensa del miércoles del técnico argentino volvió a ser para grabar, rebobinar y volver a escuchar. Para el público en general, el aficionado en particular y la prensa en especial. Se agradece que de vez en cuando, alguien, sea en el ámbito público que sea, ponga nombres y apellidos a las cosas, en este caso, las mentiras, las desinformaciones, las malintenciones. No es la primera vez que lo hace. También sucedió en la polémica comparecencia para hablar, como diría el rosarino, «de lo de las obras». Allí, Bielsa también señaló con el dedo a aquella prensa que, según él, había mentido. Este miércoles lo hizo otra vez. Repite Bielsa, siempre que puede, que no tiene a la prensa, o peor, dice él, al periodismo, «en la mejor consideración». Pues con su permiso, discrepo, porque yerra al generaliar, porque periodismo no es lo que él denuncia; eso es otra cosa. Pero al césar lo que es del césar, y... ¡pucha! por fin surge alguien que, de vez en cuando, señala y no generaliza.

Hay una cita de un periodista con mayúsculas como es Enric González, sobre a lo que debe aspirar un periodista: «Ser honesto, humilde y hacer lo que puedas, sabiendo que hacerlo bien es imposible. Se trata de evitar hacerlo muy, muy mal, de mentir o de equivocarse estrepitosamente». Como ven, en el fondo, algo muy sencillo.