El PNV tranquiliza al PP y aboga por «una relación amable con el Estado»
Mientras desde el Gobierno del PP se admite el temor a una ofensiva soberanista después de las elecciones del 21 de octubre, el presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, le lanza un claro mensaje de calma. Ayer aseguró que «nadie tiene que temer la nueva etapa que se abre» y remarcó que el PNV busca «una relación amable entre Euskadi y el Estado», al estilo de lo que hacían Juan José Ibarretxe o Josu Jon Imaz hace unos años, en pleno conflicto armado.
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Desde que el martes se pusiera fecha a las elecciones al Parlamento de Gasteiz (21 de octubre), diferentes portavoces del Gobierno español y del PP han admitido su temor a que la nueva Cámara impulse una ofensiva soberanista. Unos han atribuido esta preocupación a la previsible irrupción potente de Euskal Herria Bildu, y otros han considerado que se producirá una entente entre la coalición de Laura Mintegi y el PNV. Sin embargo, este partido no parece estar por la labor, a tenor de los criterios marcados ayer por su líder en Bizkaia, Andoni Ortuzar, en una entrevista concedida a la agencia Efe.
Ortuzar aseguró, en un mensaje claro al PP, que «nadie tiene que temer la nueva etapa política que se abre en Euskadi» y abogó por «una relación amable entre Euskadi y el Estado»
En referencia expresa a los temores mostrados por el PP, el líder jelkide en Bizkaia indicó que «hemos estado treinta años suspirando porque se acabara la violencia terrorista, porque hubiera normalización política; ha llegado el momento, y en lugar de miedo a esta situación, hay que afrontarla con ilusión».
Dicho esto, recordó que el PNV llevará en su programa la búsqueda de un nuevo estatus político con el año 2015 como horizonte, pero lo desdramatizó. Para Ortuzar, es necesario «un nuevo traje jurídico-político, porque el Estatuto de Gernika que tantos buenos frutos nos ha dado se ha quedado pequeño. Por ejemplo, en el Estatuto no sale la palabra Europa», dijo.
Para ello, planteó que primero «los vascos tenemos que ser capaces de llegar entre nosotros a un gran acuerdo de actualización del marco jurídico político» y que luego «tenemos que ser capaces, y el PNV va a poner todo su empeño, de llegar a un acuerdo con el Estado para crear unas condiciones de relación amable y fructífera entre Euskadi y el Estado español».
Ortuzar hizo hincapié en que el PNV quiere abordar la negociación del nuevo marco «desde el consenso y el acuerdo y no desde la confrontación. Salvo el PP, el resto de las fuerzas políticas vascas se han manifestado a favor de revisar nuestro marco, porque somos todos conscientes de que hace falta, aunque luego cada uno defienda su propia visión. Hay que hacer un esfuerzo para buscar un mínimo común denominador que seguramente no nos satisfará al cien por cien a los nacionalistas y avanzará más de lo que gustaría a los constitucionalistas».
El PP solo ha necesitado tres días de precampaña oficial para mostrar sus nervios ante la posibilidad de una ofensiva soberanista posterior a las urnas. Quedó claro ayer en las palabras de Agustín Conde, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso y diputado del PP, que afirmó en una entrevista a Europa Press que si eso ocurriera el Ejecutivo «hará guardar la Constitución».
Conde basa sus temores en que cree que ni el PSE ni el PNV tendrían «el más mínimo reparo» en llegar a acuerdos con EH Bildu tras el 21 de octubre, ya que será imposible que alcancen el Gobierno de Lakua en solitario. Prevé incluso la opción de que se produjera un pacto a tres bandas.
En esa hipótesis, el presidente de la Comisión de Defensa explicó que «no me extrañaría nada» que el próximo Ejecutivo de Gasteiz lanzara «un desafío al Estado». Agustín Conde avisó que por ello «tiene que armarse con los instrumentos del Estado de Derecho» ante «quienes pretendan establecer una autodeterminación inexistente».
Se quejó además Conde de que los planteamientos soberanistas en Euskal Herria y Catalunya «perjudican claramente a España en los mercados». Y dejó claro que la propuesta de Artur Mas para que Catalunya tenga un «pacto fiscal» con el Estado no es una cosa que esté encima de la mesa del Gobierno del PP. GARA