Siete policías resultaron heridos ayer en Belfast (norte de Irlanda, administrado aún por Gran Bretaña) a causa de los disturbios ocasionados durante una marcha orangista a su paso frente a una iglesia católica.

Los disturbios comenzaron cuando la banda lealista Young Conway Volunteers desafió la prohibición gubernamental y marchó delante de la iglesia de St. Patrick en la calle Donegal. Los agentes, algunos de los cuales llevaban equipamiento antidisturbios, intervinieron para separar a un grupo de manifestantes y fue en ese momento cuando empezaron a recibir botellazos y pedradas. Según fuentes de la Policía, ninguno de los agentes fue herido de gravedad, aunque uno de ellos tuvo que ser trasladado a un hospital.